Las singulares rutinas del Madrid
Las rutinas del Real Madrid producen lecturas tan caracter赤sticas como contradictorias. Frente al Stuttgart, en el primer partido del nuevo formato de la Copa de Europa, jug車 mal y gan車, algo tan habitual que se puede interpretar como la en谷sima reedici車n de una vieja pel赤cula en el Bernab谷u. Detr芍s de esa victoria queda el ejercicio del equipo, que no acaba de encontrar el golpe de pedal. Cinco partidos del campeonato espa?ol y uno de la Liga de Campeones no han procurado todav赤a el f迆tbol que se espera del Madrid, procedente de una gran temporada y repleto de estrellas mundiales.
Los d谷ficits de su juego, se?alados por Ancelotti en las 迆ltimas semanas, son tan evidentes como la ausencia de inquietud en la hinchada del Bernab谷u, que desde hace dos o tres d谷cadas no identifica el comienzo de las temporadas como un augurio de lo que suceder芍 meses despu谷s, cuando se ventilan los grandes t赤tulos. Es un club que mantiene un grado exagerado de confianza en la cuenta final de resultados. En este cap赤tulo, no resiste comparaci車n alguna en el mundo. Le avala la historia. En los 迆ltimos 26 a?os ha ganado nueve ediciones de la Copa de Europa, un promedio sensacional que en numerosas ocasiones no se ha correspondido con la brillantez de su f迆tbol, ni con las sospechosas vibraciones que trasladaba el equipo en la Liga o en las diferentes fases de la Liga de Campeones.
Perder con el Sheriff Tiraspol en el Bernab谷u supon赤a un disgusto, pero nada m芍s. Partidos de este pelo (empate con el Brujas, victoria ag車nica sobre el Union Berlin#) han sido tan frecuentes como inocuos en el balance definitivo de las diferentes temporadas, generalmente culminadas con el 谷xito en el torneo fetiche del Real Madrid, no importa las dificultades encontradas en el camino.
La victoria contra el Stuttgart se encuadra en las peculiaridades del Real Madrid, superado durante largas fases del partido por el equipo alem芍n, que regresaba a la Copa de Europa despu谷s de 15 a?os de ausencia, sin nombres relevantes en la escena del f迆tbol, pero con la magn赤fica propuesta de un joven entrenador, Sebastian Hoeness, a quien, m芍s pronto que tarde, veremos en alguno de los grandes clubes de la Bundesliga o en la Premier League. Est芍 claro que no ser芍 por el sonoro eco de su apellido.
El Stuttgart funcion車 con personalidad, buen gusto y registros variados. No temi車 al Madrid, ni al Bernab谷u. Disfrut車 pronto de abundantes ocasiones, movi車 la pelota con soltura, alcanz車 el 芍rea de Courtois con una facilidad pasmosa y descubri車 una por una las fisuras del Real Madrid, desorganizado y permisivo durante la primera media hora, sufriente en el 迆ltimo cuarto de hora. Los porteros establecieron la diferencia en el resultado. Courtois volvi車 a acreditarse como el fen車meno que es. Desbarat車 una por una las oportunidades del Stuttgart, clamorosas algunas, y sostuvo al equipo en su p谷sima puesta en escena. Sin la impresionante contribuci車n de Courtois no se entender赤an varios de los 迆ltimos 谷xitos del Madrid en la Liga de Campeones.
En el otro lado, N邦bel abri車 alegremente la puerta en el gol de R邦diger, el segundo del Madrid y el que romp赤a el empate, un error grav赤simo que penaliz車 como un balazo al Stuttgart. Detr芍s de la enorme influencia de Courtois en la victoria se detect車 la misma versi車n del Madrid que en partidos anteriores. Los rivales alcanzan su 芍rea sin apenas problemas. Ancelotti busca en cada partido una n車mina diferente de centrocampistas, que por ahora no responden. Los delanteros no se esfuerzan en la presi車n. Si la salud no respeta a Militao y R邦diger, las alternativas en el centro de la defensa ser芍n muy escasas. Vinicius deja detalles aqu赤 y all芍, pero transmite una rara sensaci車n de incomodidad. Bellingham corre el riesgo de dispersarse. Tchouameni no es un estratega, ni un maestro defensivo. Cuestiones, en fin, que se observaron en un partido que dice mucho del estado actual del Madrid y a la vez no dice nada. Forma parte de una rutina que el madridismo asume como si fuera parte del encanto de su equipo.
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