Las rodillas tambi¨¦n sonr¨ªen
Levantar una Champions. Coger el trofeo entre tus manos y llevarlo al cielo. Levantar una Champions tiene que ser como ver a tu madre despu¨¦s de salir del quir¨®fano. Como abrazarla. Como los reencuentros con tu abuela. Como que tus amigas aparezcan en la puerta de tu casa cuando m¨¢s las necesitas. Como desear algo con todas tus fuerzas, lo que m¨¢s, y conseguirlo. Eso tiene que ser levantar una Champions. Hacerlo por segunda vez no s¨¦ muy bien c¨®mo tiene que ser. Ni siquiera alcanc¨¦ a imaginarlo la mayor parte de mi vida. Porque no lo ve¨ªa por la televisi¨®n. Porque no sab¨ªa que se pod¨ªa. En los 90 parec¨ªa que a eso del bal¨®n solo jugaban los hombres.
Cuando me romp¨ª la rodilla ya sab¨ªa que s¨ª, que se pod¨ªa. De hecho, aunque tuve que dejarlo durante varios a?os de mi vida ante la escasez de equipos femeninos, me la destroc¨¦ sobre el terreno de juego. Ese crac, alargado, que te atraviesa el cuerpo como nunca nada antes. Esa pena, tan profunda, con la que sales del campo. Esas caras, las de tus compa?eras, que te hacen terminar de saber que algo muy malo ha ocurrido. Ellas tambi¨¦n lo escucharon. Como las Mapi, Paredes, Mariona o Patri lo escucharon el d¨ªa que Alexia se rompi¨® el cruzado. Como sintieron su ausencia durante los casi diez meses que tard¨® en volver a jugar.
Pero volvi¨®. Y lo hizo para cumplir su promesa. La de brindarle la segunda Champions a la afici¨®n blaugrana. La de Eindhoven. La de la remontada. La de los miles de cul¨¦s en las gradas. Otra vez (que no interesa, dicen). La de Jana Fern¨¢ndez. La de Cata Coll. La de Bruna Vilamala. La de las semanas sin apoyar el pie. La de las dudas. ?Y si ya no puedo? ?Y si me falla? ?Y si ya nunca es igual? Ellas han demostrado que s¨ª, que se puede. Como antes demostraron que las mujeres tambi¨¦n pod¨ªan jugar al f¨²tbol las Carmen Arce o Mar¨ªa Teresa Andreu. Como continuaron su estela las Natalia Pablos o Sonia Berm¨²dez. Como lo hacen hoy Alexia, Aitana o Patri Guijarro. ?Vaya tarde la de Patri Guijarro! Como las mejores del mundo. Como las campeonas de Europa. Hoy la rodilla no cruje. La rodilla, al igual que la pelotita, sonr¨ªe.