Las postales de ¡®Bam Bam¡¯ Zamorano
El guerrero chileno lleg¨® al Bernab¨¦u en un momento necesitado precisamente de eso, de futbolistas que jugasen cada partido como si les fuese la vida en ello. El Bar?a hab¨ªa ganado cuatro ligas seguidas con matices muy singulares (dos arbitrajes escandalosos sufridos por el Madrid en Tenerife y un penalti parado de Gonz¨¢lez en Riazor que celebr¨® por la presunta prima que hab¨ªa recibido desde la Ciudad Condal). El madridismo necesitaba recuperar la ilusi¨®n. Era el ¨²ltimo a?o de Butrague?o (1994-95) y la Quinta del Buitre languidec¨ªa para desesperaci¨®n de los mit¨®manos como este servidor. Encima, la Copa de Europa se resist¨ªa...
Zamorano nos dej¨® varias postales que nos hicieron recuperar la ilusi¨®n y el orgullo por esta camiseta sagrada. Debut¨® en el Pizju¨¢n ante ¡®su¡¯ Sevilla y en la primera jugada ya hab¨ªa gritado su primer gol de blanco. En el famoso Cl¨¢sico del Bernab¨¦u con la hist¨®rica manita al Dream Team de Cruyff firm¨® un hat-trick inolvidable, que celebr¨¦ en la grada con mi padre (pap¨¢, no te olvido) como si fuese la Champions. Y al final del curso nuestro ¡®Bam Bam¡¯ Zamorano, como le cantaba el Fondo Sur, meti¨® un golazo al Depor que le daba la Liga que acababa con la hemorragia cul¨¦. El Bernab¨¦u lo celebr¨® con rabia, ¨¦l se subi¨® a la valla y lo cant¨® hasta desgarrarse la garganta. Zamorano era un nueve que jugaba con pinturas de guerra y el coraz¨®n blanco. Iv¨¢n es uno de los nuestros...