La Selecci車n exuberante
Que guarden alg迆n gol para el siguiente partido, pens車 cualquier espa?ol crecido entre los ecos de la memoria de Katalinski, de La Martona y Naranjito, del penalti de Eloy o del codazo de Tassotti. M芍s acostumbrados a la zozobra inicial que a pasearnos en primeras fases, sin embargo, ayer vivimos un cicl車n que combin車 el dominio de la posesi車n con la clarividencia en la definici車n. Los de Luis Enrique (nunca un sintagma futbol赤stico fue m芍s apropiado) fueron un equipo exuberante, capaz de una idea tan imposible como devastadora: desatarse en ataque y resultar equilibrado al mismo tiempo.
Los mismos que rieron las derrotas de Argentina y Alemania dir芍n que Costa Rica no era rival. Pamplinas. La ilusi車n que naci車 en el estadio Al Thumama recuerda con media sonrisa aliviada los Mundiales que truncaron otros supuestos don nadie como Irlanda del Norte, Nigeria o la Rusia de Putin. La cicater赤a habitual de un pa赤s en cuya opini車n p迆blica (como en la federaci車n o en el seno del propio combinado; no son ellos, somos todos) no ha habido ni medio debate sobre las contradicciones de la disputa de un Mundial en Qatar contrasta con la determinaci車n de la Selecci車n en su estreno. Ajeno a todo lo que rodea al f迆tbol, el equipo sin gestos pol赤ticos no tiene dudas futbol赤sticas.
Incluso la alegr赤a se desbord車. R谷cord de pases, r谷cord de goles, r谷cord de expectativas que le va a tocar gestionar a un seleccionador que nunca busc車 la empat赤a gratuita, el menos tribunero de los entrenadores del mundo, el que m芍s se la juega, no va m芍s, al resultado que logre su equipo. Un terco talentoso al que le da igual no hacer amigos. Un osado que sabe siempre a qu谷 juega, que puede ganar o perder, pero va un paso por delante. Un seleccionador con un plan, empe?ado en tener raz車n.
Despu谷s de ver Los siete magn赤ficos en 1960, el maestro Akira Kurosawa, realizador de Los siete samur芍is, el cl芍sico en el que se bas車 la pel赤cula de John Sturges, qued車 tan impactado que le mand車 al director una espada ceremonial como regalo. Tras el siete magn赤fico ante Costa Rica, los hinchas espa?oles deber赤amos regalarle a Luis Enrique m芍s preguntas liberadoras para sus ceremonias en redes. Y que siga el streaming.