La DANA ridiculiza nuestras fantas¨ªas
?Qu¨¦ golpe de realidad! Y qu¨¦ rid¨ªculos se ven hoy nuestros problemas del primer mundo. Llev¨¢bamos un d¨ªa enfrascados en la grave cuesti¨®n de si el Bal¨®n de Oro lo merec¨ªa Rodri o Vinicius, en si France Football hab¨ªa agraviado al Madrid o viceversa, en si todo obedec¨ªa a la malignidad atribuida a la UEFA por ese nuevo periodismo que tan sabiamente orienta Florentino, cuando la Naturaleza se ha hecho presente devolvi¨¦ndonos a la realidad. Una DANA ha maltratado con sa?a el interior de la provincias de Valencia y Albacete y parte de Catalu?a ha sobrado furia para llevar su destrucci¨®n hasta la Bah¨ªa de C¨¢diz.
La c¨®lera de Zeus, pensar¨ªan los griegos, que en su honor y para cuyo apaciguamiento organizaron los Juegos Ol¨ªmpicos de la Antig¨¹edad. El cambio clim¨¢tico pensamos nosotros, y viene a ser lo mismo, conscientes de que hemos hecho y seguimos haciendo lo posible para irritar a lo que quiera que sea lo que regula el paso de las nubes y los vientos. Una cat¨¢strofe brusca e inesperada, aguas desbocadas por barrancos y calles, llev¨¢ndose casas, coches, cultivos, personas¡ La Espa?a profunda en los telediarios, a los que s¨®lo tiene acceso cuando se produce alguna sevicia o alguna cat¨¢strofe mayor. Como esta.
Decenas de muertos contabilizados, a saber cu¨¢ntos a¨²n por localizar. La Comunidad Valenciana ha sufrido el peor impacto y casi seguro que se suspender¨¢n los partidos que all¨ª se celebran el fin de semana, como ayer algunos de Copa, por imposibilidad del viaje o proximidad al desastre. El f¨²tbol s¨®lo es la m¨¢s importante de las cosas peque?as y la dimensi¨®n de esta tragedia lo desnuda como una diversi¨®n f¨²til, insustituible como discusi¨®n banal en nuestra sociedad complacida, a la que a falta de mayores problemas sobresalta si el Bal¨®n de Oro debi¨® ser o no para Vinicius. El dolor de hoy convierte en rid¨ªcula la pol¨¦mica de ayer.