La naturaleza defensiva de David Garc¨ªa y el error de Pellegrini


Cerrojo y llave
En la l¨ªnea de los defensas de otra ¨¦poca, con los a?adidos imprescindibles que exige el f¨²tbol actual, David Garc¨ªa (28 a?os) empieza a ser considerado como lo que es. Un central de estupendas condiciones. El ruido creciente sobre una posible llamada a la Selecci¨®n y el periplo exitoso de Osasuna esta temporada ratifican la evoluci¨®n de un jugador de un talento defensivo extraordinario. Hace el ¨¢rea suya, es capaz de salir en anticipaci¨®n y abrasa a los delanteros con sus marcas pegajosas. Por algo ning¨²n otro jugador de LaLiga alcanza su cifra de despejes (96). David Garc¨ªa tiene todo lo que se le debe pedir a un central, como qued¨® refrendado ante el Espanyol. Es fuerte, s¨®lido y contundente, lo que viene a ser un buen defensa. Pero, adem¨¢s, a su solvencia incorpora una salida de bal¨®n cada vez m¨¢s depurada. El pase en profundidad que dio a Abde reconoce esta virtud, as¨ª como ser uno de los futbolistas de Osasuna que m¨¢s rivales supera por entrega (3). Un defensa de los de antes con los c¨®digos de ahora.
Un valor fiable
Aunque no al nivel de la resonante actuaci¨®n de Sancet, otro Garc¨ªa, en este caso Ra¨²l, despleg¨® la vigencia que todav¨ªa hoy posee. A sus 36 a?os, ofreci¨® una clase magistral en los apoyos, en la fijaci¨®n de los centrales del C¨¢diz y en la pelea continua en cada disputa dividida. En el ¨¢rea contraria hay pocos jugadores m¨¢s insistentes que ¨¦l, con ese aire providencial para generar ocasiones al compa?ero gracias a sus movimientos. As¨ª ocurri¨® en el primer y segundo gol del Athletic. Hay una realidad inmutable: el equipo rojiblanco se encamina con mayor seguridad hacia el triunfo cuando juega Ra¨²l Garc¨ªa. Desde la 2015-16, el porcentaje de victoria del Athletic asciende hasta el 40,7% cuando el navarro es titular y decae al 20,7% cuando es suplente.
Lo importante
Har¨ªa bien el Betis en no agarrarse a la pol¨¦mica de Aspas y s¨ª reparar en lo mal que lo hizo a nivel defensivo contra el Celta. Se parti¨® por el eje, evadi¨® sus responsabilidades y no supo blindarse. El mayor agujero lo tuvo a la espalda y a los lados de Guido y Guardado. Ambos saltaban a destiempo y por detr¨¢s se intercalaban Aspas (15 pases en el ¨²ltimo tercio del campo) o De la Torre (10) para provocar el desequilibrio. A trav¨¦s de sus apariciones lanzaron a Strand Larsen, Carles P¨¦rez o Gabri Veiga, mientras que el Betis no corrigi¨® esa debilidad en todo el partido. Por ende, le conviene a Pellegrini fijarse en esta situaci¨®n del juego m¨¢s que en el lamento arbitral.
Morder para vivir
El Elche se regal¨® un d¨ªa de felicidad y una ilusi¨®n a la que acogerse. Su desempe?o contra el Villarreal admite al menos la duda de su m¨¢s que probable fallecimiento. Mach¨ªn le gan¨® la mano a Seti¨¦n al incomodarle la salida de bal¨®n con tres perros de presa en esa primera presi¨®n como fueron Ponce, Boy¨¦ y Pere Milla y la agresividad desde atr¨¢s de Gumbau y Mascarell. En total, el Elche recuper¨® 18 balones en terreno adversario, diez solo de Ponce, que dieron origen a los tres goles en un encuentro que verifica una m¨¢xima conocida. Mientras hay vida, queda esperanza.