La mejor medalla de Carolina
Carolina Mar¨ªn visit¨® la redacci¨®n de AS antes de viajar a Oviedo, donde el viernes recoger¨¢ el prestigioso Premio Princesa de Asturias de los Deportes. La triple campeona mundial podr¨¢ desfilar por el Teatro Campoamor sin muletas, en discordancia con las previsiones m¨¦dicas iniciales. Carolina est¨¢ feliz por ello. Su recuperaci¨®n va por muy buen camino, una prueba m¨¢s de su capacidad de superaci¨®n, de su resiliencia. El mismo esp¨ªritu que hab¨ªa demostrado en sus dos graves lesiones anteriores. Esta vez, a diferencia de entonces, se lo est¨¢ tomando con m¨¢s calma, sin objetivos deportivos a la vista, salvo esos Europeos de Huelva 2026 en el pabell¨®n que luce su nombre, que asoman como ¡°una ilusi¨®n, pero no una obsesi¨®n¡±. Caro enfoca su convalecencia sin ansiedad. Lo necesita mentalmente, despu¨¦s del terrible golpe emocional que sufri¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs 2024, cuando su rodilla derecha volvi¨® a crujir, ya acariciaba el acceso a la final, y el coraz¨®n de los aficionados espa?oles se rompi¨® junto a ella.
Carolina es una de las deportistas m¨¢s queridas del pa¨ªs. Y m¨¢s carism¨¢ticas. Pudimos comprobarlo durante su visita al peri¨®dico. Esa medalla ol¨ªmpica, que ya casi colgaba de su cuello, y la posibilidad de revalidar el oro que ya conquist¨® en R¨ªo 2016 ya no las devolver¨¢ nadie. No se puede rebobinar la vida, ni cambiar la historia. Pero Carolina Mar¨ªn se llev¨® de aquella cruel experiencia un premio mayor. As¨ª lo explican sus propias palabras: ¡°No me he tra¨ªdo la medalla de oro de Par¨ªs, pero s¨ª otra medalla que en mi vida me hubiera imaginado que se pod¨ªa conseguir: el cari?o, el apoyo y la empat¨ªa de la gente. Las medallas son muy bonitas, pero yo me quedo con todo lo dem¨¢s¡±. Puede sonar a consuelo, vale. Pero tambi¨¦n suena a gloria.