La medalla esquiva
¡°Espero que ellos nos venguen¡±, dice Sara ?lvarez se?alando a Niko Sherazadishvili, Fran Garrig¨®s, David Garc¨ªa Torn¨¦ y Laura Mart¨ªnez, durante la tercera entrega de los Encuentros Ol¨ªmpicos de AS. El sentimiento de Sara, actual directora deportiva de la Federaci¨®n y triple medallista mundial en su etapa de competidora, coincide en el dolor con el resto del judo espa?ol, que tiene una espina clavada en los Juegos desde hace 24 a?os. Este deporte recolect¨® seis medallas durante tres ediciones consecutivas, en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y S¨ªdney 2000, con una cosecha total de tres oros, una plata y dos bronces, unidas a nombres para la historia como Miriam Blasco, la primera campeona ol¨ªmpica del deporte espa?ol, e Isabel Fern¨¢ndez, abanderada en Atenas 2004 despu¨¦s de haber sumado un oro y un bronce en citas anteriores. Aquellos Juegos griegos fueron, precisamente, un punto de inflexi¨®n. El manantial se sec¨®.
?Por qu¨¦ no ha vuelto a haber ninguna medalla ol¨ªmpica en judo desde entonces? La pregunta tiene dif¨ªcil respuesta, porque el resto de resultados internacionales en Mundiales y en Europeos no se han frenado de la misma manera. Los cuatro protagonistas de este Encuentro pueden dar fe de ello, en especial Sherazadishvili y Garrig¨®s, que han sido campeones del Mundo. Cuando no se puede explicar algo, muchas veces nos agarramos a poderes ocultos. De ah¨ª que surja la palabra ¡®suerte¡¯: en este caso, la mala suerte. Durante este periodo se han sumado siete quintos puestos, que en el caso del judo es la primera plaza fuera del podio. Demasiadas medallas de chocolate. Las generaciones pasan, la calidad permanece, pero el agujero se agranda. Par¨ªs 2024 se presenta como una nueva oportunidad para superar la afrenta. El actual equipo rebosa clase. Y por ganas no va a quedar. As¨ª de claro lo dejaron en la visita a AS: ¡°?La vamos a liar!¡±.