La mano de Dios
Hace tres a?os tuve la suerte de visitar la exposici車n que PhotoEspa?a le dedic車 al fot車grafo Ram車n Masasts, fallecido el pasado lunes. En esa exposici車n estaba su fotograf赤a m芍s recordada, la de la parada del seminarista. La fotograf赤a hipnotizaba toda la sala. En ella un joven seminarista estira su cuerpo suspendido en el aire, a punto de alcanzar la horizontalidad respecto al suelo. La sombra de la sotana se proyecta sobre el terreno arenoso, en blanco y negro. Hasta puedes sentir su golpe posterior sobre la gravilla. Pum. Su mano, completamente tensa, casi acaricia el bal車n. De fondo, varios seminaristas parecen congelados por la tensi車n del momento.
Aquella foto hist車rica fue un encargo realizado para la Gaceta Ilustrada en el Seminario Conciliar de Madrid. Cuando Masats lleg車 al seminario se encontr車 con varios de los seminaristas jugando una pachanga. No es una imagen que se vea a diario, la de futbolistas encorsetados en sotanas. As赤 que Masats sac車 su c芍mara y lo inmortaliz車. Si te fijas en las sombras proyectadas en el suelo parece que el bal車n ha traspasado la mano del portero, as赤 que cabe pensar que aquel disparo termin車 en gol. Y que de existir otra &mano de Dios*, seguramente sea esa.
Mi t赤o abuelo Enrique es cura y extremadamente celtista. Alguna vez le he preguntado si no ser赤a posible alg迆n tipo de mediaci車n divina, 谷l que tiene acceso directo. Siempre me mira, r赤e y calla, como pensando: ※No est芍 Dios para esas cosas, Luc赤a§. En el N芍poles de los a?os 80 se les apareci車 una deidad llamada Diego Armando Maradona que llev車 a cambiar algunos de los famosos santuarios callejeros dedicados a la Virgen, por santuarios dedicados a su persona. Es casi irremediable caer en la tentaci車n de mezclar el f迆tbol con la religi車n, vectores ambos de emociones colectivas. Pero nadie lo hizo como Ram車n Masats.
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