La Liga de Xavi Hern¨¢ndez
Cruyff prefer¨ªa jugar siempre antes que el Madrid. Pensaba que as¨ª le met¨ªa presi¨®n. Fue en el primer lustro de los 90, cuando las victorias a¨²n val¨ªan solo dos puntos. Tres de sus cuatro Ligas fueron talladas en piedra metiendo el aliento en el cogote del Bernab¨¦u hasta la ¨²ltima jornada. As¨ª llegaron los dos t¨ªtulos conquistados en Tenerife y el ep¨ªlogo de Riazor. Por entonces el clavo incandescente era azulgrana.
El Bar?a, que no sabe lo que es ganar una Liga desde antes de la Pandemia, sali¨® a jugar contra el Sevilla sabiendo que una victoria le dar¨ªa una ventaja de tres jornadas sobre un Madrid deprimente y deprimido. A la inversa el Real hubiese solventado el envite antes del descanso, como si fuese algo tan rutinario como rellenar la caligraf¨ªa de un cuaderno Rubio.
Para el Bar?a no es tan sencillo, tiene que madurar los partidos en la pradera m¨¢s extensa de toda Europa. Al final se trata de galopar, como Jordi Alba para hacer el primero y dar el tercero ya en la segunda parte. Por entonces hasta Tom¨¢s Roncero sab¨ªa que ni clavos ardiendo ni farrapos de gaitas. Esta Liga se celebrar¨¢ en Canaletas a mayor gloria de un club que sabe sobrevivir a las ciclog¨¦nesis. Y a¨²n falta la Copa, y la UEFA, o como ahora la llamen. Hace unos meses se quer¨ªan cargar a Xavi. Pocos confi¨¢bamos en ¨¦l. Tras el 3-0 al Sevilla ha empezado a ser la prolongaci¨®n de Don Johan Cruyff.