La Ley del Deporte
El deporte espa?ol se ha regalado una nueva Ley en estas Fiestas. Despu¨¦s de un largo proceso, ha sido aprobada al toque de campana, a tiempo para salvar la subvenci¨®n de la UE de 140 millones, que exig¨ªa su entrada en vigor antes del 31 de diciembre. El Congreso cerr¨® el ¨²ltimo tr¨¢mite el d¨ªa 22, as¨ª que el deporte podr¨¢ comerse las uvas tranquilamente, con la modernizaci¨®n de aquel viejo texto de 1990, que cumpli¨® su funci¨®n con creces, hasta el punto de conducir a Espa?a a las m¨¢s altas cotas deportivas de su historia. La anterior Ley se hab¨ªa quedado obsoleta, en eso coincid¨ªan los partidos pol¨ªticos y el colectivo del deporte. Hab¨ªa consenso en que deb¨ªa renovarse, eso nadie lo dudaba, aunque finalmente no existi¨® ese mismo consenso en la aprobaci¨®n, porque a ¨²ltima hora se col¨® una concesi¨®n territorial, de esas que generan mucho ruido pol¨ªtico: el art¨ªculo 48.2 facilita la representaci¨®n internacional a las autonom¨ªas en ciertos supuestos, aunque en realidad los condicionantes son tan numerosos, con el CSD como ¨¢rbitro final, que seguramente no tenga repercusiones relevantes.
Debates pol¨ªticos al margen, la Ley del Deporte actualiza algunas cuestiones realmente importantes en los tiempos que corren. De entrada, en su art¨ªculo 2, define el deporte como ¡°actividad esencial¡±, un gran punto de partida. Y a continuaci¨®n ahonda en la igualdad, en la inclusi¨®n, en la protecci¨®n de las v¨ªctimas de abusos¡ Tambi¨¦n define qu¨¦ es un deportista profesional, una de las grandes asignaturas pendientes de 1990, que no explicaba con nitidez este concepto. De paso, recoge una cl¨¢sica reivindicaci¨®n de las Federaciones, que es la financiaci¨®n plurianual durante el ciclo ol¨ªmpico, para poder programar los Juegos sin tantas incertidumbres como hasta ahora. Par¨ªs 2024 asoma en el horizonte, con el deporte espa?ol en v¨ªas de modernizaci¨®n. Un salto necesario.