La herida sigue abierta
La borrasca de la Supercopa manifest車 varias secuelas en el Bernab谷u, donde el personal no ocult車 su irritaci車n. Tchouameni fue abucheado y Ancelotti escuch車 los silbidos de una hinchada que le aprecia de verdad. Dol赤a la abultada derrota contra el Bar?a y la gente no estaba para bromas. Luego lleg車 un partido raro que pas車 por toda clase de meandros, sin una clara l赤nea argumental y un arbitraje de medio pelo que desconcert車 al Celta. Marc車 el Celta su primer gol y buena parte del estadio se hab赤a vaciado. La victoria del Madrid parec赤a asegurada, pero el equipo est芍 tan nervioso como la afici車n. Concedi車 el empate en dos errores de Camavinga y Asencio, se expuso a las tensiones habituales de las pr車rrogas y, lejos de sufrir de v谷rtigo, el Madrid marc車 tres goles, un buen gol de barrio (el taconazo de Endrick) y dos sensacionales, especialmente el derechazo de Valverde desde las quimbambas.
Fue un partido ensalada: admiti車 todos los productos en el plato. El Madrid lleg車 muy lastimado por el desastre de Yeda. No jug車 bien en el primer tiempo, pero peor se desempe?車 el Celta, que no estuvo a la altura de la fama de equipo elegante que le precede. No atac車 y se defendi車 con dificultades. En este periodo bajo sospecha del Madrid, Mbapp谷 volvi車 a reivindicarse. Jug車 con todo el optimismo y la alegr赤a que faltaron en el equipo. Hasta Vinicius dio se?ales de pesadumbre.
Mbapp谷 est芍 donde se le esperaba, marcando goles y aterrorizando a las defensas contrarias, pero no se siente todo lo acompa?ado que quiere. El Madrid tiene dudas en la defensa, no acaba de encontrar el diapas車n en el medio campo y hasta Vinicius parece apesadumbrado en algunos momentos. El brasile?o marc車 el segundo y recuper車 la vitalidad. El Madrid, sin embargo, no recobr車 la serenidad. Dos errores, dos goles, el empate y la pr車rroga.
Camavinga sale muy perjudicado de este pasaje de la temporada. Siempre ha tendido a la dispersi車n. Ha pasado por muchas posiciones y es dif赤cil concretar cu芍l es la suya. El joven jugador franc谷s se encuentra en un momento de crisis que Ancelotti probablemente arreglar芍 a su manera, concedi谷ndole la titularidad en el pr車ximo partido tras su lesi車n. As赤 suele rescatar el t谷cnico a los jugadores afligidos.
Tchouameni juega con una presi車n complicada de manejar. Se ha convertido en una coartada, que es lo peor que le puede ocurrir a un futbolista cuando el resto del equipo no funciona. Tchouameni no es responsable de la escasez de centrales en la plantilla, d谷ficit que aument車 con la salida de Nacho y se agudiz車 con la lesi車n de Militao. Contra el Celta regres車 al medio campo. Es un buen jugador sin la vocaci車n de Casemiro en un puesto que requiere m芍xima diligencia defensiva y atenci車n constante. Sin Kroos a su lado, Tchouameni sufre m芍s. Ahora mismo, es un futbolista que sirve como f芍cil excusa para disipar los defectos del equipo.
Entre las rarezas del partido figura el resultado. El Madrid marc車 cinco goles, que no es una cosecha cualquiera, cuatro de ellos extraordinarios y uno muy sutil. La clase de partido, en definitiva, que har赤a las delicias de cualquier madridista, pero algo en el ambiente manifest車 que la herida de la Supercopa sigue abierta.
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