La dulce venganza de Djokovic
Novak Djokovic culmin¨® un domingo redondo en Melbourne. Un broche asociado a cuatro n¨²meros que espolearon su motivaci¨®n: el 10, el 22, el 1 y el 2022. El 10, siempre ligado a la perfecci¨®n, es el total de t¨ªtulos del Open de Australia que suma el serbio tras batir a Stefanos Tsitsipas, lo que le convierte, adem¨¢s, en el segundo tenista masculino que alcanza la decena de triunfos en un mismo grande, despu¨¦s de Rafa Nadal y sus 14 Roland Garros. El 22, los dos patitos, alude al r¨¦cord de victorias en torneos del Grand Slam que ostentaba Nadal, y que ahora comparten, con sensaciones contradictorias. Mientras que Nole domina con mano de hierro, Rafa pelea por encontrar el camino de vuelta. El 1, el n¨²mero de los ases, se refiere al liderazgo en el tenis mundial, que ha recuperado gracias a su triunfo, justo en el mismo escenario donde comenz¨® el a?o pasado su declive por razones ajenas al deporte.
Y luego est¨¢ el 2022, el a?o de su incoherente deportaci¨®n de Australia. Una espina profundamente clavada desde que el Gobierno del pa¨ªs, en contra incluso de la opini¨®n de un juez, decidi¨® que la presencia de Djokovic en su territorio, sin haberse vacunado contra el coronavirus, supon¨ªa un peligro p¨²blico. El balc¨¢nico segu¨ªa escocido por aquel maltrato, que le hundi¨® an¨ªmicamente durante meses. Necesitaba resarcirse. Y no hab¨ªa mejor desquite que volver a reinar en el Abierto de Australia, su torneo fetiche, ante el aplauso de los mismos ciudadanos que un a?o atr¨¢s reprobaban su comportamiento. Una dulce venganza. Djokovic supo transformar aquel duro golpe en energ¨ªa a su favor para regresar m¨¢s fuerte al lugar del delito. Una cualidad reservada a los campeones de su estirpe. Sus l¨¢grimas en la celebraci¨®n son la prueba de lo importante que ha sido para ¨¦l esta victoria, que ha definido como ¡°una de las m¨¢s dif¨ªciles¡± y ¡°la m¨¢s grande¡± de su vida. En el deporte, la mejor ¡®vendetta¡¯ es ganar.