La de Butarque es la triste Liga del Valencia
Por si alguno no se percat¨® en directo, Dimitrovic y Mamardashvili tambi¨¦n jugaron en la primera parte. Pero si en lugar de estar de pie en la porter¨ªa hubieran estado sentados detr¨¢s de ella, el marcador en nada habr¨ªa cambiado. Con partidos como el de Butarque, los due?os de restaurantes de Espa?a pueden estar tranquilos los viernes por la noche. Una y no m¨¢s, pensar¨ªa aquel que anul¨® cualquier otro plan para sentarse delante del televisor. Entre los miedos a volver a perder y la may¨²scula falta de talento, la noche fue de bostezos, de ojear alguna red social tumbado en el sof¨¢ escuchando de fondo la retransmisi¨®n de la nada.
Juan Cruz fue el primero que se acord¨® que esto del f¨²tbol se trata de hacer goles. Su disparo, lejano, flojo y desviado, se hizo de esperar hasta el minuto 61. Pero es de agradecer que lo intentara. Para encontrar algo parecido del Valencia hubo que soportar 7 minutos m¨¢s de partido. Este disparo, tambi¨¦n lejano, algo m¨¢s fuerte, pero a¨²n m¨¢s desviado, fue obra de Diego L¨®pez, el que m¨¢s inquiet¨® de todos. El Valencia solo ve¨ªa algo de luz cuando el bal¨®n pasaba por los pies de Andre Almeida. Pero, por la forma de jugar del equipo, se le busca poco y su cuerpo est¨¢ para lo que est¨¢, de ah¨ª que Baraja tuviera que sustituirle por Barrenechea. Lo mismo le pas¨® con Hugo Duro, al que reemplaz¨® Dani G¨®mez, quien sobre la bocina tuvo la ocasi¨®n che de la velada.
Al final el Valencia tuvo hasta que dar por bueno el empate, porque el bal¨®n que envi¨® al palo en el descuento ?scar ol¨ªa a chamusquina, a tierra quemada. El cambio de sistema de Baraja le sirvi¨® al menos para dejar su porter¨ªa a cero y sumar as¨ª su primer punto a domicilio. La actitud no fue la de San Sebasti¨¢n ni la intensidad la de Vigo. Pero la manta es tan corta que si se calienta los pies se congela la cabeza. La bronca que escucharon los jugadores de los aficionados presentes en el estadio fue una prueba del descontento generalizado, porque sumar un punto era necesario pero no es suficiente. El Valencia dej¨® claro en Butarque que la del Legan¨¦s, hoy en d¨ªa, es su Liga. As¨ª es su vida, su triste realidad futbol¨ªstica.
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