La bomba millonaria del Chelsea
Venga quien venga, el banquillo del Chelsea -y el despacho, m¨¢s bien- se han convertido en un lugar de tensi¨®n, de inestabilidad. Las exigencias por ganar contrastan con una planificaci¨®n deportiva deplorable...


La tormenta del Chelsea se lleva a Tuchel por delante como en estas semanas previas se llev¨® a todo aquel que pintaba algo en la parcela deportiva del club. Antes cayeron Marina Granovskaia, Bruce Buck y Petr Cech, los arquitectos, junto al t¨¦cnico germano, de la Champions obtenida en 2021. Han pasado 16 meses s¨®lo de aquello. 16. Una locura.
Pero la sanci¨®n, o m¨¢s bien expropiacion, del gobierno brit¨¢nico a Abramovich hizo del Chelsea una escopeta de feria que ha resultado un fiasco. La carrera por ser el nuevo propietario fue un show, casi un espect¨¢culo televisado entre ricachones de todos los confines. Se lo llev¨® Todd Boehly, un empresario exitoso en el deporte norteamericano pero con unos m¨¦todos alejados del habitual tradicionalismo ingl¨¦s. Es tan presidencialista el Chelsea que asusta. Mucho se habla de los jeques y los petrod¨®lares, pero estos millonarios venidos de EE UU tambi¨¦n est¨¢n colaborando a la mercantilizaci¨®n masiva del f¨²tbol.
Ahora el problema que le surge al Chelsea es inmenso. Gast¨® 280 millones en fichajes y tiene peor plantilla que el a?o pasado. Se le fueron gratis activos principales de la plantilla como R¨¹diger. Decidi¨® prescindir de estrellas del pasado como Lukaku y Werner para optar por descartes de otros clubes como Aubameyang o Sterling. Tir¨® la casa por la ventana por jugadores que ni mucho menos valen lo que costaron, caso de Cucurella y Fofana.
Venga quien venga, el banquillo del Chelsea -y el despacho, m¨¢s bien- se han convertido en un lugar de tensi¨®n, de inestabilidad. Las exigencias por ganar contrastan con una planificaci¨®n deportiva deplorable. Hay que hacer las cosas bien para triunfar, incluso teniendo mucho dinero. En la vida y, por supuesto, en el f¨²tbol...