Kylian, ya eres uno de los nuestros
Fue una presentaci¨®n incre¨ªble, emotiva y llena de buen gusto. Si Mbapp¨¦ quer¨ªa escenificar su reconciliaci¨®n con el madridismo puede estar tranquilo porque lo ha hecho con una brillantez y un sentimiento que nos lleg¨® al alma a los 75.000 presentes en su gal¨¢ctica pr¨¨miere. Florentino no cab¨ªa en s¨ª de gozo y adem¨¢s recibi¨® el reconocimiento de la afici¨®n porque saben que su paciencia y su capacidad estrat¨¦gica han sido claves para consumar un fichaje que se hab¨ªa resistido durante siete veranos. La escenograf¨ªa fue imponente, con unos v¨ªdeos majestuosos que recordaron la grandeza de este club traducida en esas 15 Copas de Europa que le sirvieron a Kylian para entender el reto descomunal que le espera a partir de ahora.
El discurso del crack parisino fue sincero y puso todo el coraz¨®n cuando dijo algo tan sencillo como: ¡°Ahora soy un chico feliz¡±. Ha quedado demostrado que hoy ha visto cumplidos sus sue?os infantiles, porque la cara es el espejo del alma. La felicidad estaba escrita en su rostro con su ¨ªdolo Zidane junto a ¨¦l, flanqueado por Pirri (otra leyenda blanca) y Florentino. Lo mejor lleg¨® al final cuando Mbapp¨¦ se cristianiz¨®, rescatando las grandiosas im¨¢genes vividas hace 15 a?os con el portugu¨¦s. Se bes¨® el escudo como ¨¦l, llevaba el nueve como ¨¦l y se despidi¨® con el ¡°Un, dos tres¡ ?Hala Madrid!¡±, como ¨¦l. Mbapp¨¦, ya eres uno de los nuestros. El pasado queda archivado y olvidado. ?Allez Kylian!