Kroos es el elefante en la habitaci¨®n

El deterioro del Real Madrid ha entrado en una fase alarmante, confirmada en la derrota frente al Milan, un equipo que ya no asusta a nadie, pero dej¨® tres goles de propina en el Bernab¨¦u. No le faltan buenos jugadores y uno que impresion¨®: Nico Reijnders, centrocampista integral que atraves¨® como una cuchilla las l¨ªneas del Madrid. Nada de vibrantes noches europeas, ni de remontadas al galope, ni de p¨¢nico esc¨¦nico del rival. Si acaso, se apreci¨® creciente nostalgia que provoca la ausencia de Kroos.

El estadio se vaci¨® en los ¨²ltimos minutos como se vac¨ªan los partidos de fracaso irremediable. Hac¨ªa tiempo que no se recordaba una desconexi¨®n tan palpable entre el p¨²blico y el equipo. Ni siquiera se detect¨® la combusti¨®n del enfado. Unos silbidos aqu¨ª y all¨¢, el rechazo a Tchouameni y poco m¨¢s.

No han pasado tres meses desde el comienzo de la temporada, que se promet¨ªa feliz con el fichaje de Mbapp¨¦, el futbolista que coronaba el proyecto del club en el plano econ¨®mico, mercantil y representativo. Un equipo, en fin, con varios leg¨ªtimos aspirantes al Bal¨®n de Oro. En todo caso, se auspiciaba una feroz competici¨®n interna entre Mbapp¨¦, Bellingham y Vinicius, todos j¨®venes y consagrados. Se entend¨ªa que solo algo bueno pod¨ªa salir de ah¨ª, al menos en t¨¦rminos de ambici¨®n y competitividad. Por ahora, no ocurre.

El Madrid, que en la temporada anterior fue un equipo unido, siempre dispuesto al sacrificio colectivo, se ha empe?ado en virar hacia el lado contrario. Se le ven costuras en todas las l¨ªneas y cada vez transmite menos ¨¢nimo, sujeto a una met¨¢stasis de problemas que ya no permite a Carlo Ancelotti agarrarse a la frase que sol¨ªa utilizar en el arranque del curso. ¡°No es complicado¡±, dijo tras los empates en Mallorca y Las Palmas. Ancelotti reconoc¨ªa algunas imperfecciones en el funcionamiento de juego, pero las consideraba f¨¢ciles de solucionar.

Aquellas imperfecciones comenzaron a extenderse por el tejido del equipo y se han convertido en un asunto de dif¨ªcil soluci¨®n. Las dos ¨²ltimas derrotas se han producido frente a dos equipos que vienen de una dur¨ªsima y larga crisis, pero que en cuestiones simb¨®licas probablemente figuran como los principales adversarios del Real Madrid, uno en Espa?a (Bar?a) y otro en Europa (Milan). A?aden m¨¢s dolor al resultado y aumentan la sensaci¨®n de perplejidad que se ha apoderado del madridismo.

Se fue Kroos y se le recuerda con una nostalgia enfermiza. Con raz¨®n, por lo que parece. Es curiosa la importancia que ha adquirido el jugador alem¨¢n en el ¨¢nimo de la gente y en el juicio que merece su ausencia. Cuando anunci¨® su retirada, se intuy¨® el d¨¦ficit al que se abocaba el Madrid, un club con escaso inter¨¦s por los estrategas en el medio campo. Durante los ¨²ltimos a?os ha preferido los portentos f¨ªsicos. Kroos y Modric eran los ¨²ltimos mohicanos de un modelo de centrocampista que en muchos cuarteles del f¨²tbol provoca sospechas.

¡°?Por qu¨¦ los n¨²meros demuestran que al Real Madrid le va mejor sin Kroos?¡±, titul¨® The Athletic a finales de mayo, cuando se conoci¨® la decisi¨®n del jugador. La data dir¨¢ lo que quiera, pero Ancelotti y la hinchada madridista querr¨ªan ver en el campo a Kroos. Al Madrid le ha ido peor sin el alem¨¢n. Siempre estaba en condiciones de auxiliar al equipo y establecer los canales de comunicaci¨®n necesarios en el juego. Era indispensable, aunque en Alemania se escucharon algunas voces que le calificaban de jugador anticuado, reliquia de tiempos menos din¨¢micos en el f¨²tbol. En el Bernab¨¦u matar¨ªan por verle en el equipo en estos d¨ªas.