Kroos desprecia el imperio del &big data*
Entre las muchas cosas extraordinarias que Toni Kroos ha aportado al f迆tbol pocas ser芍n m芍s relevantes que confundir al imperio de la data. La pasada semana, el diario digital The Athletic, b芍sicamente la secci車n de Deportes del New York Times, publicaba un art赤culo de John Muller encabezado por su sabroso titular: ※?Por qu谷 los n迆meros muestran que el Real Madrid funciona mejor sin Toni Kroos?§. La respuesta es sencilla: porque no es cierto.
John Muller no hace suya la tesis del Kroos que empeora al equipo, aunque tampoco la rebate. Hasta cierto punto, lo sospecha, o 谷sa es la impresi車n que provoca el art赤culo, trazado desde el punto de vista del big data en el f迆tbol y los gur迆s del algoritmo y las m谷tricas. En definitiva, de los entom車logos que tratan al f迆tbol con la minucia con la que estudian las patitas de las moscas.
El gran problema de los que pretenden reducir el f迆tbol a un tama?o microsc車pico es que pierden la perspectiva de un juego creado para el cinemascope. Desde hace tiempo se pretende jibarizarlo, de manera que termine reducido a un abigarrado mosaico de datos, mini datos y micro datos. De alguna manera se pretende someter un juego que naci車 con una vocaci車n indomable, una de las claves, probablemente la principal, de su impresionante 谷xito popular y su alcance en el tiempo.
El art赤culo en cuesti車n repasa la influencia de Kroos en el juego del Real Madrid desde la perspectiva de varios expertos en la data y la jerga que les adorna. Empiezan a escucharse en la calle las referencias a los expected goals, possesion adjusted, per 90 minutes, pre assist/second assist, un pomposo glosario que aumenta cada d赤a en la misma proporci車n con la que se incrementa el negocio que lo defiende.
De la misma manera que el sistema VAR es capaz de mostrar que una brizna de barro en la puntera de un pie puede llevar a la anulaci車n de un gol por fuera de juego, el voraz apetito de la data est芍 en disposici車n de trocear todos los aspectos del juego hasta un l赤mite molecular. Es una idea que triunf車 hace tiempo en la NBA y, en general, en el deporte norteamericano, corral del que siempre ha escapado el f迆tbol. Ya no, Estados Unidos ha invadido la mayor赤a de las propiedades de los clubes en la Premier League y avanza a toda m芍quina por el continente europeo. Esta ofensiva se pertrecha con todas las armas que definen la american way en el deporte. Su af芍n cl赤nico es una de ellas.
El Bernab谷u despidi車 el s芍bado a Kroos como se merec赤a, un jugador excepcional que se niega a ser clasificado como la modernidad quiere que se mida a los futbolistas. La hinchada del Real Madrid, sus compa?eros, el entrenador y cualquier aficionado con dos dedos de frente sabe que la contribuci車n de Kroos al Madrid, Bayern y selecci車n alemana ha sido monumental. Sus envidiables recursos forman parte de la sutileza del f迆tbol, de un juego que en la cabeza y los pies de Kroos adquiere la magnitud que define a los grandes directores de orquesta.
?C車mo se mide esa grandeza? El p迆blico lo sabe. El big data, no, y hasta se empe?a en negarlo. En el art赤culo de The Athletic se citan las conclusiones de varios gur迆s del negocio matem芍tico-anal赤tico. Reducido al intrusivo modelo de an芍lisis que se ha adue?ado del f迆tbol, Toni Kroos ha sido un problema para el Real Madrid. De hecho, el Madrid gana m芍s partidos sin el alem芍n en el campo. Aparece entonces el plus/minus, el on/off y variantes como el adjusted plus/minus y toda la saga de referencias que convierten la data en el nuevo becerro de oro del f迆tbol.
Los finos analistas colocan a Kroos en el microscopio y se desesperan porque sus conclusiones se estrellan con la realidad de su importancia por donde ha pasado. Pregunten a Ancelotti y Guardiola. Mirar芍n el bols車n de datos y se reir芍n por dentro. Saben lo que significa Kroos en un equipo. De hecho, los matem芍ticos sospechan que algo no les cuadra. Utilizan un universo de datos y m谷tricas pero no se ponen de acuerdo en sus deducciones. No logran explicar a Kroos, que se escapa a n迆meros y al mundo infinitesimal que pretende revelar las verdades matem芍ticas del f迆tbol. Por fortuna, en jugadores como Toni Kroos se guarda el hechizo que hace del f迆tbol lo que es: un misterioso y apasionante juego que se resiste al asalto de la infanter赤a de entom車logos que pretende invadirlo.
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