Joan Garc¨ªa ¡®Superstar¡¯
El Viernes Santo perico comenz¨® con una torrija, la del arranque de partido, y concluy¨® con una suerte de crucifixi¨®n, en forma por el gal¨¢ctico parad¨®n de Joan Garc¨ªa con los brazos abiertos y en fondo por la cruz del posterior contragolpe, cuatro contra tres, infelizmente resuelto por Braithwaite. Y en todo momento, borbotones de pasi¨®n. Y la procesi¨®n de centenares de aficionados. En tromba, como el agua ca¨ªda del cielo. El 0-0 en El Plant¨ªo, al fin y al cabo, no resuelve si el ¡®via crucis¡¯ que supone este paso del Espanyol por Segunda Divisi¨®n acabar¨¢ con una nueva resurrecci¨®n, como en sus anteriores descensos, o el propio equipo ¨Csu peor enemigo, por encima de los rivales¨C se har¨¢ la pascua.
Con Nico Melamed de inicio por primera vez en m¨¢s de cinco meses, sin Aguado, al Espanyol le sobr¨® de entrada precipitaci¨®n, en ataque y defensa, y le falt¨® la paciencia que s¨ª fue encontrando en la segunda mitad. Con problemas de finalizaci¨®n, eso s¨ª, igual que la jornada anterior en casa contra el Tenerife (1-1), y con demasiadas concesiones a un Burgos deseoso de incordiar armando contragolpes. A falta de goles, y de tres puntos cada vez m¨¢s necesarios para alcanzar ese innegociable objetivo del ascenso (directo), lo mejor que dej¨® este empate en vistas a las nueve jornadas restantes estuvo en los detalles y los mensajes.
Elevado a los altares queda Joan Garc¨ªa ¡®Superstar¡¯ tras su parad¨®n final, qui¨¦n sabe si salvando el punto que puede separar el retorno a Primera de seguir una temporada m¨¢s en el purgatorio, en la cuarta titularidad seguida de un portero siempre sobrio, concentrado, ya indiscutible despu¨¦s de tantos a?os de masticar tierra. Un liderazgo que comparte con Gragera, que ha pasado de suplente a indispensable en el corte, y hasta en la confecci¨®n, despu¨¦s de dos partidos consecutivos inmaculados.
Luego est¨¢ lo de Manolo Gonz¨¢lez, cuyos cambios se hicieron esperar pero llegaron de tres en tres, como una exhalaci¨®n y con vocaci¨®n indiscutiblemente ofensiva: Braithwaite, Aguado y Salvi. Luego Lazo. Y en el 91¡ä, incluso Gast¨®n Valles. El Espanyol ha pasado de aplaudir empates a desde?arlos incluso en estadios donde nadie ha ganado en toda esta temporada. Y a verbalizarlo. ¡°Estoy decepcionado por no ganar¡±, reconoci¨® el entrenador en la sala de prensa.
?Qu¨¦ le queda ahora al Espanyol? Evidentemente, y en primer lugar, no obsesionarse demasiado con el resto de una jornada que le puede dejar clasificatoriamente mal parado, con el Legan¨¦s probablemente escap¨¢ndose y con uno o m¨¢s equipos arrebat¨¢ndole esa plaza de ascenso directo. Quedan 27 puntos en juego. As¨ª que, en segundo lugar, y ahora s¨ª, debe aferrarse sin margen de error a esa media inglesa que el anterior inquilino del banquillo ni siquiera conoc¨ªa: ganar en casa, empatar (como m¨ªnimo) fuera. De conseguirlo, empezando por la pr¨®xima jornada ante el Albacete en Cornell¨¤-El Prat, el equipo estar¨¢ casi seguro en Primera. Y podr¨¢ dar por finalizada su dolorosa saeta.