Haaland ser¨¢ un negriamarillo m¨¢s
?Y Haaland? Probablemente est¨¦ en Manchester, harto de meter goles y de saber qu¨¦ se siente cuando se tiene la orejona en manos. Bueno, precisamente el noruego se habr¨¢ percatado de lo que ha logrado un BVB, su BVB, meti¨¦ndose en toda una final¨ªsima de la Champions. Dos a?os despu¨¦s de que el k¨ªller pusiera rumbo a Manchester y un a?o despu¨¦s de que Bellingham dejara al BVB por el Real Madrid, el conjunto alem¨¢n sell¨® el billete a una final de la Champions m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s. ?Qu¨¦ nos dice? Que el f¨²tbol no depende de nombres, sino de una idea de la que est¨¦ convencido todo un vestuario, independientemente de los nombres que figuren en los casilleros.
Este Dortmund es una lecci¨®n para la vida. Se enfrent¨® a todo. A milmillonarios ¨¢rabes. A equipos trabajad¨ªsimos como pudo ser el Atl¨¦tico de Madrid. A cracks. Pero puso a prueba que un equipo es m¨¢s que un nombre. Ma?ana se ir¨¢ X. Pasado se ir¨¢ Y. Pero se quedan Hummels. Reus (hasta verano). Todos los que sienten el Muro Amarillo. Puede parecer casualidad. Pero no lo es. No lo es el Leverkusen. No lo es el Dortmund. Y no lo es el f¨²tbol alem¨¢n que no depende de nombres, sino de filosof¨ªas. Filosof¨ªas que te llevan a una final.