Guardiola, la luna azul en Estambul
Justicia. Una jugada extra?a, o un par de ellas si se cuenta esa parada final de Ederson (?), en la siempre m¨¢gica Estambul, termin¨® en un ejercicio de justicia. El Manchester City es campe¨®n de Europa y, de largo, es el mejor equipo del mundo. Realmente, lo es hace tiempo. Perdi¨® la final de Lisboa en 2021 despu¨¦s de un error de c¨¢lculo (no poner a un mediocentro de posici¨®n que anoche le dio el t¨ªtulo, Rodrigo); el a?o pasado se vio envuelto en unos sucesos casi extraterrestres en la semifinal del Bernab¨¦u; y, finalmente, ha sido campe¨®n. Los inquisidores materialistas que exig¨ªan a Guardiola reclamar su condici¨®n elevada con t¨ªtulos ya no tendr¨¢n excusa. Ha construido un castillo majestuoso. El City es la envidia del mundo y Guardiola, el ¨²nico entrenador que ha ganado dos tripletes en la historia. Ocho clubes lo tienen: Celtic, Ajax, PSV, United, Inter, Bayern, Bar?a y el City de un entrenador superior que, despu¨¦s de encontrar el agotamiento de un vestuario de divos (Barcelona) y de una clase dirigente de sabiondos del Bayern en S?berner Strasse, vol¨® a M¨¢nchester con una idea: estar en un club rico, s¨ª, pero construir algo grande como en casa.
Respeto. Guardiola nunca fue un extra?o en M¨¢nchester. Por ah¨ª ya andaban Ferran Soriano y Txiki como t¨®tems. Y, por supuesto, all¨ª hab¨ªa una idea de f¨²tbol que estaba desarrollando con finezza Pellegrini. Fue buscando un hogar. Alguien que le comprase su idea de f¨²tbol, que mantuviese las mismas ganas de triunfar que ¨¦l, porque sin ambici¨®n es imposible poner en pie nada; pero que sobre todo no pusiese el foco inquisidor cada d¨ªa. Llegar a la gloria requiere tiempo y Guardiola sab¨ªa que pod¨ªa darse o no, pero que necesitaba de confianza y reposo. A veces est¨¢ bien hacerse 18 hoyos de un campo de golf sin preocuparse de nada; y otras, estar dos d¨ªas metido en tu casa porque Grealish no se march¨® a un c¨®rner en el Bernab¨¦u. En M¨¢nchester, a Guardiola le han dado tiempo para que digiriese sus errores y terminase su trabajo. Ya es el primer entrenador de la historia que hace dos tripletes dando una lecci¨®n de saber perder (seguramente anoche hubo percebes hasta el amanecer con quien le ense?¨® eso en un libro, su amigo David Trueba) y saber esperar con constancia, que junto el talento y el respeto son de las mejores virtudes del mundo. No era el City de los Emiratos. Ni siquiera el de Haaland, que no ha metido un gol desde semifinales. Era el de Guardiola. Con diferencia, el mejor entrenador del mundo. La luna de Estambul anoche fue m¨¢s azul que nunca.