Gato negro, gato blanco
Desde que entreg車 la cuchara mediada la primavera, el barcelonismo en pleno (t谷cnicos esperanzados, directiva malabarista, aficionados al borde de una crisis de fe) ha estado remitiendo a la necesaria reconstrucci車n veraniega, con salidas abundantes y entradas necesarias m芍s que numerosas. Pero aqu赤 estamos y no pasa casi nada, o parece que pasa una cosa y tambi谷n su contraria. En estas p芍ginas se informa de una novedad y la competencia la niega; a los t谷cnicos les gusta un jugador y a la directiva otro; por la ma?ana priman las necesidades deportivas y por la tarde las econ車micas; se odia el blanco y faltan pocos d赤as para que se presente un uniforme precioso de ese color. Al menos esto refleja cierta rebeld赤a y, ojal芍, la superaci車n de alg迆n complejo.
Xavi se re迆ne en mayo con futbolistas para decirles que no cuentan y estos se personan morenos y sonrientes a entrenar el primer d赤a, en julio, con tan solo dos meses de descanso. Son esos alumnos que pasan de curso con ocho suspensos, obviando los ex芍menes de recuperaci車n, que no s谷 si se seguir芍n haciendo, la verdad. Me he cuidado mucho, jefe, creo que puedo aportar. Ejemplifican la distancia que hay entre el compromiso (Ansu renunciando a sus vacaciones) y el rostro p谷treo.
Hay uno del que se puede esperar que se presente cualquier d赤a, lega?oso, a trabajar, aduciendo que cre赤a que estaba todo ya arreglado, que ha llamado a su representante y comunicaba, pensando por tanto que la renovaci車n estaba hecha. Ay, Ousmane, puede que te encuentres por el pasillo con tu sustituto, Raphinha. Que, por cierto, como jugador, y espero que como persona, no tiene nada que ver con el franc谷s: donde este es poder赤o, desborde y desorden, el brasile?o es finura, combinaci車n, cerebro. Pero la necesidad es tan grande que al equipo le sirve casi todo. Incluso los dos.
En fin, los f赤sicos podr赤an dejar de lado el Colisionador de Hadrones y fijarse en el Bar?a como encarnaci車n del gato de Schr?dinger, que est芍 muerto y vivo a la vez. Depende.