Flick, un equipo es el reflejo de su entrenador

Hansi Flick transport¨® al Bar?a a la segunda final del curso. Aunque despu¨¦s del descanso perdi¨® algo el control del partido, los azulgrana hab¨ªan demostrado una autoridad insultante en la primera parte, en la que esquivaron rivales y entradas a partes iguales, y no decidieron la eliminatoria de milagro. El Bar?a tiene jugadores de otra dimensi¨®n, porque la primera parte de Lamine fue la de un futbolista que ya come en la mesa de los mejores jugadores del mundo. Una noche grande siempre es una noche de Lamine.

Pero la temporada del Bar?a, que todav¨ªa est¨¢ por rematar y apenas acumula a¨²n la Supercopa, lleva el sello de Hansi Flick. Hace muchos a?os escuch¨¦ esa famosa frase de que un equipo es el reflejo de su entrenador. Exteriormente, de Flick se ve que ha transformado al Bar?a sobre el c¨¦sped. Un equipo vertical, agresivo, audaz y ambicioso t¨¢cticamente, que siempre mira hacia arriba. Un equipo al que ha convencido, jugador por jugador, de que era mejor de lo que todos los expertos advert¨ªan. Pero el verdadero Flick debe estar a puerta cerrada. Tanto que incluso ha llegado a sacar a gente del vestuario. No quiere fugas de informaci¨®n, no quiere ning¨²n malentendido. Quiere verdades a la cara. Y ganadores. A ¨¦l le gusta salir a cara descubierta, con blancas. No le import¨® perder la primera noche de diciembre contra Simeone. Sigui¨® al ataque y gan¨®. Ahora va a La Cartuja a por el Madrid.

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