Flick ense?a sus primeras costuras

El l¨ªder duda. Despu¨¦s de un Supers¨¢bado con Valencia dedic¨¢ndose una victoria para impulsar sus corazones, Simeone celebrando con triunfo su partido 700 en el Atl¨¦tico y rompiendo a llorar luego, el City de Guardiola desplom¨¢ndose el d¨ªa que celebraba el Bal¨®n de Oro de Rodrigo; y el Girona desplumando al Espanyol al tiempo que el VAR hac¨ªa de las suyas en Las Palmas, el Bar?a repiti¨® en Vigo la cara err¨¢tica de Donosti. Que el l¨ªder ha perdido energ¨ªa desde el Cl¨¢sico se divisaba desde la segunda parte del derbi. Pero la noche de Bala¨ªdos no s¨®lo se?al¨® al f¨ªsico. Tambi¨¦n apunt¨® a las decisiones de su entrenador. Hansi Flick, celebrado con merecimiento en los primeros meses de temporada, empez¨® fallando con la alineaci¨®n y termin¨® el partido hecho un l¨ªo. Sus cambios arrastraron al equipo a un momento de desvar¨ªo que no se recordaba desde la temporada pasada, cuando el Bar?a se hac¨ªa papelillos y era destrozado en las ¨²ltimas medias horas de partidos grandes.

Flick, perdido. El Bar?a ya esquiv¨® una bala de plata cuando, con 0-1, Soto Grado le perdon¨® antes del descanso la expulsi¨®n a Gerard Mart¨ªn, recambio de cart¨®n de Balde que le pone toda la voluntad del mundo, pero que es un agujero negro. Flick intent¨® arreglarlo con H¨¦ctor Fort. El canterano es un lateral m¨¢s result¨®n, porque va bien hacia arriba, pero tambi¨¦n est¨¢ tierno atr¨¢s. Con Balde enredado en problemas f¨ªsicos los dos ¨²ltimos a?os, clama al cielo el fichaje de un lateral izquierdo. Pero, curiosamente, el mal final del Bar?a empez¨® en la otra banda. Desconcentrado, Kound¨¦ se bloque¨® y su lapsus meti¨® al Celta en el partido. Para entonces, sin embargo, Flick hab¨ªa seguido estropeando la noche. Casad¨®, que ped¨ªa a gritos el cambio porque no pod¨ªa con la camiseta despu¨¦s de su primera experiencia con la Selecci¨®n, fue expulsado. Estaba exhausto y vio dos amarillas en siete minutos. Al tiempo, De Jong deshonraba otra vez el brazalete de capit¨¢n con una exhibici¨®n de desidia y falta de pasi¨®n que contrast¨® con el evidente amor propio de Gavi, que jug¨® (y aprob¨®) como titular un a?o despu¨¦s. Su marcha dej¨® el orgullo del Bar?a en manos de Raphinha. Los altavoces en Barcelona se?alaban a Kound¨¦ anoche y, m¨¢s all¨¢, acud¨ªan el recurso f¨¢cil de la dependencia de Lamine, pero el segundo tropiezo consecutivo tiene aristas m¨¢s profundas. El exuberante Bar?a de Flick ha perdido piernas, armon¨ªa, sangre y energ¨ªa desde la semana fant¨¢stica de Bayern y Madrid. Y su entrenador ha cometido los primeros errores flagrantes del curso.

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