Esto es ser m¨¢s que un club
Hace cinco a?os que el Bar?a entr¨® en quiebra moral. Hac¨ªa tiempo que se rumoreaba que el club utilizaba las redes sociales para desprestigiar aquellos a quienes la junta de Bartomeu consideraba rivales, pero el 17 de febrero del 2020 se destap¨® todo. Adem¨¢s de jugadores como Messi o leyendas como Pep Guardiola, yo tuve el triste m¨¦rito de ser uno de los principales perseguidos por aquella lamentable iniciativa de quien gobernaba el club. Ellos deber¨ªan de pensar que un socio que hab¨ªa luchado para introducir el voto electr¨®nico en las elecciones (estuvimos cerca de conseguirlo) era un rival a batir. No les deb¨ªa de gustar la democracia a pesar de que es un valor indisociable del FC Barcelona y optaron para saltarse todas las normas ¨¦ticas para atacar sin escr¨²pulos.
Lo m¨¢s incre¨ªble del caso BartoGate (me niego a decirle Bar?aGate) es que la directiva se gastara dinero del club para atacar gente quequeremos al Bar?a tanto como el que m¨¢s. No contra los enemigos reales del club, sino contra la gente de dentro. Desgraciadamente, esta manera de hacer todav¨ªa la vemos hoy en d¨ªa cuando se ataca furibundamente a qui¨¦n cuestiona la gesti¨®n del caso Dani Olmo, el pago de comisiones millonarias sin justificar debidamente o el enfrentamiento con los colectivos de animaci¨®n.
Dice muy poco de la justicia que, pasados cinco a?os, aquel esc¨¢ndalo todav¨ªa no haya sido valorado a los tribunales. Pero no quiero desaprovechar la oportunidad para felicitar los periodistas que destaparon aquella noticia. Ellos hicieron el trabajo que se espera de la prensa: supervisar el poder. Lamentablemente, hoy en d¨ªa los socios no tenemos herramientas para hacer esta supervisi¨®n de quien manda como si fuera el propietario ¨²nico del club. El Bar?a es de todos.
Hace a?os que el proyecto que represento lucha para llevar el FC Barcelona donde se merece, y sabemos que esto genera reticencias entre aquellos que querr¨ªan tener las manos libres para hacer y deshacer seg¨²n les conviene. Tambi¨¦n sabemos que hay una minor¨ªa que estar¨ªa encantada que tir¨¢semos la toalla, pero tengo una mala noticia para ellos: no pararemos. Nadie nos podr¨¢ acusar de ser malos barcelonistas: hace a?os que nos rompemos la cara para poner el mejor club del mundo donde se merece. Sabemos que toca dejar atr¨¢s las maneras autoritarias y modernizar el Bar?a desde la gesti¨®n deportiva hasta la social y la econ¨®mica. Porque ser m¨¢s que un club es esto.