Espa?a se relaja a destiempo
La Selecci¨®n perdi¨® ante Letonia en el Mundial porque no fue fiel a sus principios, porque careci¨® de tensi¨®n cuando el partido parec¨ªa resuelto a su favor.


Sergio Scariolo ya andaba con la mosca tras la oreja en la v¨ªspera, cuando advirti¨® que hab¨ªa jugadores en el equipo que no hab¨ªan pasado por la experiencia de disputar un partido clave en un gran campeonato, justo cuando resulta decisivo no perder la tensi¨®n y la concentraci¨®n. Si Espa?a ha llegado tan lejos en los torneos recientes, si puede presumir de ser la vigente campeona del Mundo y de Europa, no ha sido por su concentraci¨®n de estrellas, sino por la labor colectiva, por su esp¨ªritu ind¨®mito. La Selecci¨®n perdi¨® este viernes ante Letonia precisamente porque no fue fiel a sus principios, porque cay¨® en una inoportuna relajaci¨®n a destiempo. No empez¨® bien el primer tiempo, pero supo reaccionar para alcanzar el descanso con 32-29. No empez¨® bien el tercer cuarto, pero volvi¨® a resurgir para irse a una ventaja de 12 puntos (54-42). Y empez¨® mucho peor el parcial definitivo, pero aqu¨ª ya no hubo rectificaci¨®n. Los letones pasaron por encima de una desconocida Espa?a, que se peg¨® el batacazo en esa manga (11-27).
Scariolo tir¨® de los m¨¢s veteranos, m¨¢s acostumbrados a lidiar las situaciones calientes, mientras que dio poca cancha a los j¨®venes talentosos Juan N¨²?ez y Santi Aldama. Su p¨¢lpito se cumpli¨®. La tensi¨®n solo se mantuvo a ratos. Y tambi¨¦n se ech¨® en falta a un base con tablas, lo que oblig¨® a Sergio Llull a tomar esa responsabilidad junto a Alberto D¨ªaz. Esa actitud, de la que son conocedores los propios jugadores, porque as¨ª lo reconocieron al final, conduce ahora al equipo a una situaci¨®n sin margen de error. Dentro del desastre, hay una cosa buena: si Espa?a gana este domingo a Canad¨¢ estar¨¢ en cuartos de final del Mundial y seguir¨¢ en la pelea por las medallas y por la plaza ol¨ªmpica. Si no, a casa. No hay m¨¢s especulaciones. Equivale a jugarse la vida a partido ¨²nico en octavos. Con la lecci¨®n aprendida, ya no hay pie para m¨¢s relajaciones. Hay que ganar o ganar.