Es un partido para decir que yo estuve all¨ª, ante el gran Leverkusen y con uno menos
M¨¢s que un art¨ªculo, necesitar¨ªa tres p¨¢ginas para explicarle a alguien que no vio el partido lo que ocurri¨® en el Metropolitano. Dec¨ªa yo en Carrusel en el descanso que despu¨¦s de quedarse los rojiblancos con uno menos, y el desmedido respeto que vi en los primeros 25 minutos, donde en igualdad de condiciones salimos con un 1-5-4-1 demasiado condicionado por el rival, que s¨®lo un milagro que no visualizaba, podr¨ªa salvar al menos un punto. Y mis ojos lo vieron como los 65.000 espectadores del Metropolitano, en un ejercicio de orgullo y huevos, y a lomos de una afici¨®n inigualable, los del Cholo realizaron un segundo tiempo que quedar¨¢ en la retina de la familia rojiblanca.
Tirando de orgullo, y con un cambio acertad¨ªsimo del soldado Reinildo, los de Simeone dejaron su porter¨ªa a cero en disparos del rival. Y da igual hablar de los gladiadores de atr¨¢s, de los pulmones de Rodrigo De Paul y Llorente, del creer de Giuliano, del amor propio de Griezmann, o de las picaduras de Juli¨¢n... los rojiblancos realizaron un segundo tiempo para enmarcar. Ya s¨¦ que para muchos es simplemente el s¨¦ptimo partido de la liguilla, pero para los que sienten a su equipo como lo hace la afici¨®n rojiblanca, es un segundo tiempo para el recuerdo, un partido para decir yo estuve en la victoria ante el el gran Leverkusen con un futbolista menos. El camino es este, el de creer m¨¢s en un equipo que seg¨²n vimos en el segundo tiempo no necesita tanto cors¨¦.