En manos del se?or Hansi
En alg¨²n lugar debe estar escrita la sentencia p¨²blica contra Hansi Flick a los pocos d¨ªas de comenzar los entrenamientos correspondientes a esta temporada. Un entrenador que no domina el castellano, ni el catal¨¢n. Un t¨¦cnico al que muchos intu¨ªan alejado de las especificaciones t¨¦cnicas del cruyffismo y un se?or con aspecto de ponerse el mismo la gasolina y llevar una navaja chata en el bolsillo para pelar naranjas, como mi abuelo.
En Barcelona es costumbre fijarse antes en los supuestos defectos que en las posibles virtudes: as¨ª ha sido siempre y as¨ª debe ser. De Cruyff escamaban sus antecedentes como figura mesi¨¢nica y cierto gusto por el dinero, como si al resto del mundo le importase m¨¢s bien poco ganar cincuenta que cincuenta y cinco. A Rijkaard y a Guardiola se les se?al¨® la inexperiencia como h¨¢ndicap. Con Luis Enrique, el hombre que lleg¨® para meter a Messi en vereda, saltaron todas las alarmas el d¨ªa que se hizo construir un andamio para seguir, desde las alturas, los entrenamientos. Todos ellos tuvieron que resistir los envites de una prensa acalorada e impaciente y todos ellos terminaron levantando la ansiada Copa de Europa m¨¢s pronto que tarde, si es que alguna vez es tarde para acariciar la gloria.
Lo bueno de la afici¨®n blaugrana, y hasta de la prensa blaugrana, que haberla haila, como las meigas, es que enseguida nos agarramos al primer clavo ardiendo y, en el caso del Se?or Hansi, que es como se le conoce ya en mi casa, la hoguera prendida en estas pocas semanas de competici¨®n arde de tal manera que no somos pocos los dispuestos a morir en ella con las manos abrasadas de tanto agarrar.
Dir¨¢n por Madrid y en otros lugares inh¨®spitos que no hay para tanto, pero ocurre que el hambre es cosa muy mala y los esp¨ªritus futboleros acostumbran a alimentarse con lo que pueden, aunque nada sea del todo real en septiembre y las continuas lesiones act¨²en como una especie de gota malaya. Creemos en el Se?or Hansi y creemos en esa pandilla de imberbes que compiten como lobos mientras estudian matem¨¢ticas y ciencias naturales: ?qui¨¦n dice que dos m¨¢s dos no puedan ser cinco?