En cada pa¨ªs unos Juegos
Cada ma?ana, cuando me levanto, me salta una alerta en el tel¨¦fono con los horarios y las opciones de medalla de los deportistas espa?oles en los Juegos. TVE organiza su programaci¨®n en base a esas participaciones espa?olas y a las posibilidades de conquistar metales. Me voy a Alemania y aqu¨ª la ARD hace lo mismo: emite a los suyos. Pienso un poco en ello y me doy cuenta de que en cada pa¨ªs se viven unos Juegos diferentes. La memoria colectiva est¨¢ troceada por las fronteras. Lo que para nosotros ha sido ¨¦pico e inolvidable a los alemanes no es que les d¨¦ igual: es que probablemente ni se han enterado de que ha ocurrido.
De hecho, hagamos la prueba al rev¨¦s: ?conoce el lector espa?ol la gran gesta del equipo alem¨¢n de doma cl¨¢sica? En Das Erste llevan dos noches ya entrevistando a sus tres componentes, tratados como h¨¦roes nacionales. ?Esto deber¨ªa ser as¨ª? Supongo que en su esp¨ªritu original, los espectadores se acercaban a los Juegos Ol¨ªmpicos para admirar la belleza de las actuaciones de los mejores, sin importar demasiado de d¨®nde proced¨ªan. En alg¨²n momento, no s¨¦ cu¨¢ndo, ese inter¨¦s puro por el deporte fue devorado por una aproximaci¨®n nacionalista basada en el deseo de victoria. Cada prueba se convierte en la posibilidad de engordar un n¨²mero y de subir unos cuantos escalones en el ranking de las banderas.
En realidad, el f¨²tbol es un poco lo mismo. El Mundial no ser¨ªa lo que es si no fuera por su car¨¢cter de representatividad. No hay tanta gente a la que le guste el juego en s¨ª sin importarle qui¨¦n lo practique. Por fortuna -imagino que por fortuna-, encontr¨¦ algunas excepciones a esa programaci¨®n televisiva centrada en los intereses nacionales. Las finales de los 100 metros lisos y de los 1500 en atletismo, las actuaciones de Simone Biles en la gimn¨¢stica art¨ªstica o las exhibiciones de L¨¦on Marchand en la piscina trascienden a los motivos patri¨®ticos. La gente, toda, la de cualquier lugar, quiere verles porque hacen cosas espectaculares o por la gran tradici¨®n de las pruebas en s¨ª. Son los momentos que nos han unido a todos, escribiendo algo as¨ª como cap¨ªtulos de una ¨²nica cultura popular mundial.