El precio de perder a los j¨®venes
Hace unas semanas, en la Asamblea General del Real Madrid, Florentino P¨¦rez volvi¨® a insistir en que ¡°el f¨²tbol est¨¢ perdiendo inter¨¦s cada d¨ªa, sobre todo entre los m¨¢s j¨®venes y si no hacemos algo al respecto, vamos mal¡±. El tema no es tanto si los j¨®venes est¨¢n dejando de tener inter¨¦s en el f¨²tbol; m¨¢s bien si se les est¨¢ alejando de un deporte que anta?o ten¨ªa un fuerte componente familiar y social. El f¨²tbol era una forma de escribir nuestra identidad a medida que crec¨ªamos, especialmente si lo hac¨ªamos en ciudades peque?as, y tambi¨¦n la forma de iniciarnos en un entorno adulto con sus normas y rituales. Camino del estadio caminabas tambi¨¦n hacia muchas otras cosas.
?Por qu¨¦ se ha ido perdiendo todo esto? Entre otras cosas por la accesibilidad. Cuando yo era adolescente pod¨ªa asistir al menos una vez por semana a ver entrenamientos en abierto de mi equipo (para sufrimiento de mis padres), ahora los chavales pueden aspirar a que un jugador les ignore camino del autob¨²s si esperan a la salida del hotel donde se concentran. Lo extraordinario, incluso objeto de noticia, es ¡°el incre¨ªble gesto de este jugador par¨¢ndose a saludar a un fan¡±.
Pero sobre todo se est¨¢ perdiendo por los precios. Los alemanes tienen un nombre para describir a la generaci¨®n m¨¢s joven de futboleros: los llaman Fan-Nachwuchs (¡°hijos de fan¨¢ticos¡±). En equipos como el Bayern los carnets de socios para los ni?os y adolescentes (hasta 17 a?os) son muy asequibles (en torno a los 30 euros), pero tambi¨¦n siguen siendo asequibles los carnets para j¨®venes adultos de entre 18 y 25 a?os (en torno a los 40). En Espa?a, una vez que los ni?os cumplen 16 o 18 a?os, sus padres a menudo no pueden alcanzar el precio de un segundo o tercer asiento de adulto.
Lo mismo ocurre con el f¨²tbol televisado. La brecha se puede explicar a partir de una cuesti¨®n dom¨¦stica simple. Si un 63% de los j¨®venes entre 15 y 29 a?os siguen viviendo en casa de la familia de origen (datos de Injuve) es posible que ese 63% de j¨®venes no tenga control sobre los canales a los que est¨¢n suscritos en ese hogar. Por supuesto, tampoco tienen el dinero suficiente para poder pagar una suscripci¨®n mensual de m¨¢s de 70 euros.
El f¨²tbol nunca antes hab¨ªa sido un lugar tan televisado, nunca hab¨ªamos tenido tantas tomas, tantas repeticiones, tantos ¨¢ngulos, tanta multipantalla y, sin embargo, nunca antes se hab¨ªa sentido tan distante para muchos.