El Madrid y la conjetura de Riemann
El f¨²tbol se ha zambullido en el tiempo de la data, la m¨¦trica y la inteligencia artificial, lo que supone una impresionante novedad en un juego esencialmente instintivo hasta hace nada. A cultivar esta relaci¨®n se afana un sinf¨ªn de especialistas. Raro es el club con posibles que no disponga de un departamento de anal¨ªtica al servicio del equipo. En el caso del Real Madrid, sus formulaciones alcanzan algo parecido al misterio matem¨¢tico. Se visibiliz¨® en su victoria sobre la Real Sociedad en la vuelta de las semifinales de Copa, un partido entretenid¨ªsimo que incluy¨® el secreto que sus rivales no logran descifrar.
En muchos aspectos, el Real Madrid es al f¨²tbol lo que la conjetura del alem¨¢n Riemann es a las matem¨¢ticas. En 1859 plante¨® una hip¨®tesis relacionada con la distribuci¨®n natural de los n¨²meros primos que se sospecha acertada, pero que a¨²n no ha sido demostrada. Es un problema tan fascinante que establece un premio de un mill¨®n de d¨®lares para la persona que lo resuelva. En t¨¦rminos metaf¨®ricos, con el Real Madrid ocurre lo mismo.
No hay equipo m¨¢s analizado en el mundo que el Real Madrid. No puede ser de otra manera: gana mucho desde hace mucho tiempo y es muy frecuente que sus ¨¦xitos no se correspondan con la excelencia de su juego. M¨¢s bien al contrario, el Madrid ha ganado sin deslumbrar numerosas Copas de Europa y unos cuantos campeonatos de Liga en los ¨²ltimos 25 a?os.
Existen razones convincentes para explicar su f¨¦rrea tradici¨®n ganadora, la m¨¢s evidente reposa en la tremenda calidad de la mayor¨ªa de sus jugadores. Si en la Real Sociedad se preguntan por lo que ocurri¨® en el Bernab¨¦u, seguro que admiten sus concesiones en los goles de Tchouameni y R¨¹diger, cabezazos con escasa oposici¨®n defensiva en momentos cr¨ªticos del encuentro, con el Madrid lleno de urgencias. Se le escapaba la final, nada menos. Tambi¨¦n se admitir¨¢ que las maravillas de Vinicius, Endrick y Bellingham en dos de los goles s¨®lo est¨¢n al alcance de unos pocos privilegiados.
Otra explicaci¨®n recurrente refiere a un intangible del que el Real Madrid disfruta en proporciones infinitamente superiores a sus adversarios. Unos lo llaman car¨¢cter, otros gen ganador, cualquier apelaci¨®n, en definitiva, a una cualidad que invita a pensar en la marmita de Ob¨¦lix. Lleg¨® Di St¨¦fano en 1953 y el Madrid cay¨® de bruces en un puchero m¨¢gico. Cuando se acude a este tipo de explicaci¨®n, cercana al esoterismo, no es por otra raz¨®n que la dificultad que entra?a explicar al Real Madrid tanto por su recurrencia en las victorias, su resistencia a la derrota y los d¨¦ficits que a simple vista son notables, pero que rar¨ªsima vez le retiran del camino.
Funciona como el problema de Riemann. Se asume la inequ¨ªvoca condici¨®n ganadora del Real Madrid y as¨ª lo confirma su impresionante palmar¨¦s, a pesar de que muchas veces su juego deja de desear en el d¨ªa a d¨ªa. El mundo del f¨²tbol se esfuerza por encontrar alguna fisura en la ecuaci¨®n, hasta ahora sin ¨¦xito. No hay din¨¢mica ganadora en el mundo del f¨²tbol comparable a la del Real Madrid.
La Real Sociedad emple¨® todas las armas para alcanzar la final. Probablemente lo mereci¨®. Marc¨® cuatro goles, se coloc¨® con una ventaja de dos y rara vez se sinti¨® superado por el Real Madrid. En muchos aspectos, el encuentro fue una p¨ªldora concentrada de lo que es el Madrid esta temporada. Tambi¨¦n super¨® al Celta en la pr¨®rroga, elimin¨® al Legan¨¦s con un gol en el ¨²ltimo minuto, todas sus victorias contra equipos espa?oles en los dos ¨²ltimos meses han sido por un gol de margen (5-4 en el total de la eliminatoria con la Real), en medio de graves problemas defensivos y escasa arquitectura en el juego. Sin embargo, los ¨¦xitos se suceden con una regularidad matem¨¢tica que merece un Riemann que lo explique.
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