El Madrid cocina mal en su ¨¢rea
El Madrid dej¨® en Vallecas una fotograf¨ªa bastante precisa de su estado, competente en el cap¨ªtulo ofensivo -16 goles en los ¨²ltimos seis partidos de Liga, cuatro victorias, una derrota y el empate con el Rayo- y m¨¢s que irregular en el defensivo. Despu¨¦s del 0-4 contra el Bar?a, se estabiliz¨® en el campeonato espa?ol con victorias c¨®modas frente a Osasuna, Legan¨¦s y Getafe. No recibi¨® ning¨²n gol, pero apenas se sinti¨® exigido, al contrario que en Europa, donde la debilidad defensiva ha sido clamorosa. En los ¨²ltimos cuatro partidos ha encajado al menos dos goles, con el Borussia Dortmund, Liverpool y Atalanta. El Milan marc¨® tres en el Bernab¨¦u.
El partido con el Rayo se relacion¨® m¨¢s con las noches europeas que con el recorrido en la Liga, en gran parte por la magn¨ªfica propuesta del equipo vallecano, que no entiende de complejos. Juega a toda mecha, con un modelo de juego que recuerda al del Atalanta. Al Madrid no le sientan bien los ritmos altos y los esfuerzos continuados. Le sienta de maravilla la devastadora capacidad de sus estrellas para resolver con goles los otros problemas del equipo.
No es un Madrid armonioso, ni de f¨²tbol fluido. No le faltan coartadas: se suceden las lesiones y las alineaciones de Ancelotti no encuentran la continuidad necesaria. Las graves lesiones de Carvajal y Militao suponen una quiebra del 50% de la defensa. No son defensores cualquiera adem¨¢s. Carvajal est¨¢ construido con el material de los jugadores hist¨®ricos del Real Madrid. A Militao le sustituye Tchouameni en los ¨²ltimos partidos. No es lo mismo uno que otro.
El Rayo coloc¨® al Madrid en una situaci¨®n muy delicada. ??igo P¨¦rez mantiene el estilo de juego que caracteriz¨® al equipo durante la etapa de Andoni Iraola. Dos exjugadores del Athletic que ofrecen varias de las caracter¨ªsticas que perfilaban al equipo bilba¨ªno en la ¨¦poca Bielsa. El Rayo intenta llevar por el arc¨¦n a los rivales. Corre sin desmayo, utiliza con frecuencia las persecuciones individuales y no especula. Propone un f¨²tbol de ataque, a pesar de las limitaciones de la plantilla y de la econom¨ªa del club. Sorprende el fichaje de James Rodr¨ªguez, un exquisito veterano que se ahorra todas las carreras que puede, en un equipo con mentalidad estajanovista.
Valverde corrigi¨® los d¨¦ficits del Madrid en Vallecas con un gol que lo tiene registrado como marca patentada. Fue el 2-1 que deten¨ªa el chaparr¨®n del Rayo, que aprovech¨® la superioridad de De Frutos sobre Fran Garc¨ªa y la sabidur¨ªa de Isi Palaz¨®n, que va camino de leyenda rayista. Tambi¨¦n detect¨® las carencias de la defensa madridista en el juego a¨¦reo, sobre todo a la espalda de los centrales.
De nuevo se observ¨® a un Madrid vulnerable en el cap¨ªtulo defensivo. No es novedad esta temporada y no tiene f¨¢cil soluci¨®n. Demasiadas lesiones, demasiados partidos sucesivos de Lucas V¨¢zquez, exprimido por la baja de Carvajal y la densidad del calendario. La arquitectura del juego tampoco impresiona. Se suceden los jugadores -esta vez Modric, G¨¹ler y Brahim acompa?aron a Bellingham y Valverde-, sin imponer un criterio argumental.
Esta carencia importa poco a gente como el ingl¨¦s y el uruguayo. Se bastan por s¨ª mismos para marcar diferencias. En Vallecas levantaron al equipo de la lona, con la inestimable colaboraci¨®n de Rodrygo, que ofreci¨® sus mejores momentos de la temporada, descrita por las numerosas lesiones musculares que ha sufrido. Marc¨® el tercer gol. Nunca pareci¨® definitivo. La defensa sigui¨® sin ofrecer las garant¨ªas necesarias. Se evidenci¨® en el gol de Isi Palaz¨®n.
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