Despu¨¦s de seis meses de sufrimiento con su rodilla, Ibrahimovic se ha ido a un aislado refugio de monta?a, para intentar recuperarse de su lesi¨®n. Entrena en una caba?a de madera y cocina en una olla, en mitad del monte. Me congratulo de que existan espec¨ªmenes as¨ª. Como en la pintura, la literatura o el cine, tambi¨¦n el f¨²tbol produce sus personajes d¨ªscolos y exc¨¦ntricos, que a menudo despiertan animadversi¨®n entre parte del p¨²blico y los medios. Dali dec¨ªa sentirse a gusto cuando hablaban mal de ¨¦l: ¡°De los mediocres no habla nadie, y cuando hablan solo dicen maravillas¡±. Otro maestro de la provocaci¨®n ¡ªOscar Wilde¡ª expresaba algo similar.
?Hay tanta asfixiante correcci¨®n y uniformidad en los futbolistas de hoy! Casi a?oro que, de vez en cuando, alguien se salga del tiesto. Jam¨¢s pens¨¦ que echar¨ªa de menos a tipos como Guti, que mandaba a alg¨²n periodista a ¡°coger amapolas al campo¡± cuando consideraba que la pregunta era impertinente y hostil.
Tambi¨¦n Maradona vivi¨®, habl¨® y jug¨® a su aire. El m¨¢s genial futbolista de todos los tiempos reparti¨® estopa a diestro y siniestro, opinando sobre lo humano y lo divino sin importar contra qui¨¦n disparaba: la corrupci¨®n de la FIFA o los negocios de ciertos mandatarios del f¨²tbol. Cierto: su estilo de vida no se ajusta a lo que consideramos profesional, pero, por otra parte, fue consecuente con su m¨¢xima: vivir libre, en el terreno de juego y fuera de ¨¦l.
Puede que las extravagancias de futbolistas como Ibrahimovic partan de ciertas ¨ªnfulas de endiosamiento, pero al menos no se les ve tan coartados por las convenciones de lo pol¨ªticamente correcto. Estoy esperando a que alg¨²n alumno se decida a comprobar en una Tesis Doctoral la siguiente hip¨®tesis: la constricci¨®n en los comportamientos fuera de la cancha, que exigimos a los jugadores de hoy, tiene su correlato en las ataduras con que tambi¨¦n se restringe su creatividad en el campo.
Machado se sent¨ªa inspirado por los ni?os y los locos, porque son los que de forma natural viven a contracorriente, neg¨¢ndose a aceptar la implacable realidad, dictada por los adultos y los cuerdos. No me extra?a que jugadores como M¨¢gico Gonz¨¢lez hayan dejado una huella perdurable. Sus locuras nos recuerdan que los genios jam¨¢s asumieron la idea de que la seriedad y la formalidad fueran valores superiores a la creatividad y el placer. ?Cu¨¢nto se os echa de menos!