El jugador
En la ¡®Ret¨®rica¡¯, Arist¨®teles desgrana algunas de las diferencias entre los j¨®venes y los viejos. Mientras que el anciano no goza de buen humor, el imberbe disfruta con las bromas ¡ª'eutrapelia¡¯¡ª, que Arist¨®teles define como una especie de ¡°insolencia educada¡±. Cuando Vinicius regatea a su rival, esboza, a veces, una sonrisa burlona: el contrario ha ca¨ªdo en la trampa y ¨¦l se ha salido con la suya.
Cada vez son m¨¢s raros los jugadores que se atreven a encarar, record¨¢ndonos que los valientes y los artistas son los que apuestan cada jugada al todo o nada. Seg¨²n las estad¨ªsticas de la Liga, futbolistas como Fekir o Vinicius lideran tanto la tabla de los duelos ganados en los ¡°uno contra uno¡±, como de los perdidos. Ambos nos entusiasman no tanto porque siempre salen airosos en su envite sino, sencillamente, porque siempre lo intentan.
Pareciera que, cuanto m¨¢s dinero hay en juego en este espect¨¢culo mercadot¨¦cnico, m¨¢s atenazado est¨¢ el futbolista, limit¨¢ndose a cumplir con su deber: juega m¨¢s a no cometer errores que a intentar la sorpresa creativa. No es cuesti¨®n de edad f¨ªsica, sino mental y emocional: una actitud. El m¨¢s veterano de la Liga ¡ªJoaqu¨ªn¡ª demuestra en cada finta que el descaro y el atrevimiento no se pierden necesariamente con los a?os, si uno no olvida que el f¨²tbol, adem¨¢s de un negocio, es a¨²n, y por encima de todas las cosas, un juego. Ganar o perder deber¨ªa no ser la temible disyuntiva que aprisiona la espontaneidad, sino el acicate de la osada apuesta en cada lance de juego.
Lamentablemente, los partidos est¨¢n llenos de viejos prematuros: prudentes, desconfiados y cobardes, rasgos que caracterizar¨ªan, seg¨²n Arist¨®teles, al anciano. Puede que hagan carrera en esto del f¨²tbol, pero ignoran que, al menos en los pa¨ªses del Mediterr¨¢neo, al futbolista se le recuerda no tanto por su eficacia sino porque, al atreverse, nos gui?¨® el ojo en aquella audaz jugada y nos emocion¨® por su af¨¢n de inventiva e ingenio. Arist¨®teles lo hubiera denominado ¡®eutrapelia¡¯. Por aqu¨ª lo llamamos ¡®desparpajo¡¯ y constituye uno de los m¨¢s escasos tesoros, tanto en el f¨²tbol, como en la vida. Solo para este tipo de futbolistas deber¨ªamos reservar el calificativo de ¡°jugador¡±. ?Larga vida a los j¨®venes de esp¨ªritu: aquellos que juegan!
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