El f¨²tbol tan personal de Jes¨²s Rodr¨ªguez
Arrollador
El f¨²tbol sigue empe?ado en precipitarse a un nuevo orden en el que prevalece la t¨¢ctica, el f¨ªsico y el equilibrio, conden¨¢ndose a la uniformidad, en definitiva, pero hay jugadores que se rebelan contra esta din¨¢mica exasperante. El ¨²ltimo en irrumpir con indomabilidad y frescura es Jes¨²s Rodr¨ªguez. A sus 19 a?os, el extremo del Betis nos remite al f¨²tbol del pasado, donde el regate y la incorrecci¨®n son su sello personal y desmontan cualquier previsi¨®n. Es un jugador vertical y de desequilibrio, virtudes a veces cuestionadas por poder ser contraproducentes para la organizaci¨®n posicional de un equipo. Nada m¨¢s lejos de la realidad. En su exhibici¨®n ante la Real Sociedad, hizo saltar por los aires el tablero desde la primera jugada. La amarilla que sac¨® a Aramburu nada m¨¢s empezar fue el preludio de lo que estaba por llegar. Despu¨¦s forz¨® la roja de Zubeldia y tuvo una participaci¨®n clave en el 2-0 de Marc Roca. Aunque el regate es su lenguaje natural -promedia un quiebro bueno cada 20 minutos, solo superado por Ejuke (Sevilla) y Lamine (Barcelona)-, tambi¨¦n se involucra de lleno en la finalizaci¨®n de las jugadas. Como muestra, los cinco remates, uno al palo, en esta jornada. Jes¨²s Rodr¨ªguez supone un soplo de aire fresco en un f¨²tbol cada vez m¨¢s acad¨¦mico y menos imprevisible.
Mucho riesgo
No cabe un reproche a la idea del Girona. Ahora que tiene razones para lamentarse, M¨ªchel sabe bien que no debe dar un paso atr¨¢s en c¨®mo concibe el juego. En cualquier caso, la derrota contra el Getafe le result¨® dolorosa despu¨¦s de errores groseros en la construcci¨®n desde atr¨¢s como el de Krejci en el gol de Uche. ¡°Nos condenamos con las p¨¦rdidas de pelota¡±, explic¨® M¨ªchel. Los n¨²meros trasladan esta sensaci¨®n. El Girona es el equipo de LaLiga que m¨¢s goles ha recibido por fallos propio (ocho), que m¨¢s le tiran por ello (22 disparos) y que m¨¢s transiciones sufre tras p¨¦rdida (32). El problema para el Girona es que parece que algunos jugadores han llevado la filosof¨ªa de M¨ªchel al extremo. No hay que ser m¨¢s papista que el Papa.
Pol¨¦mica sin fin
Al ruido arbitral conviene bajarle decibelios. El f¨²tbol nunca ha estado exento de pol¨¦micas ni de teor¨ªas de la conspiraci¨®n, como tampoco ha sido ajeno a discursos interesados y partidistas. Toda decisi¨®n es discutida incluso aunque no sea discutible, y se les arrebata a los colegiados la presunci¨®n de inocencia. Adem¨¢s, existe la impresi¨®n de que el VAR se inmiscuye en acciones en las que no deber¨ªa. Puede que sea as¨ª. Lo que es seguro es que los jugadores no ayudan, con exageraciones y gritos que suscitan que los ¨¢rbitros piten de o¨ªdas y se equivoquen. Con todo, el nivel arbitral espa?ol da para un debate m¨¢s amplio, pero no se aleja del de otras latitudes. Si se compara el n¨²mero de penaltis y tarjetas rojas mostradas en las cinco grandes de Europa, LaLiga est¨¢ en cifras similares a las otras competiciones. Se ven 0,34 penas m¨¢ximas y se decretan 0,22 expulsiones por partido. En Francia, la media sale a 0,38 y 0,22; en Italia, 0,33 y 0,21; y en Alemania, 0,32 y 0,18. Solo en Inglaterra bajan los n¨²meros hasta 0,22 y 0,14. Quiz¨¢ sea la Premier tambi¨¦n el ejemplo en este asunto por c¨®mo se favorece la continuidad del juego. Pero la soluci¨®n no solo pasa por los ¨¢rbitros, sino tambi¨¦n por los futbolistas y todo lo que rodea a los clubes. Es un problema que interpela a todos.