El Espanyol de los mara?ones
Ma?ana el Athletic Club se enfrenta en Copa al Espanyol. Ayer mi hijo peque?o me dijo que quiere que gane el Athletic, claro, pero que al mismo tiempo le daba pena que les eliminemos, porque si les ganamos Nico, Guille y ?lex estar¨ªan tristes. Nico, Guille y ?lex son los hijos de mi buen amigo, y compa?ero en esta columna, Carlos Mara?¨®n. Nuestros peques se conocen y han heredado nuestros colores y nuestra amistad.
Me gust¨® escucharle decir eso. Le expliqu¨¦ que el partido es una excusa para escribirnos y recordarnos, regueras y mara?ones, que estamos ah¨ª los unos para los otros, una oportunidad para pensar y recordar que nos echamos en falta cuando no nos vemos. Durante el d¨ªa de ma?ana nos evocaremos, nos mandaremos fotos y nos pincharemos, y eso est¨¢ bien sea cual sea el resultado. Termin¨¦ mi argumentaci¨®n d¨¢ndole la vuelta a su ejemplo: date cuenta, le dije a mi hijo, que si ganamos, dentro de esa tristeza ellos se alegrar¨¢n un poquito por nosotros y que, si sucede al rev¨¦s, si somos nosotros los que caemos eliminados, al menos tendremos el consuelo de que en su casa estar¨¢n celebrando.
Hay personas que hacen peores a los clubes que dicen querer. Su amor es t¨®xico. Pienso en el hincha del Tottenham que pate¨® al portero del Arsenal el fin de semana, en quienes entonan c¨¢nticos hom¨®fobos en la grada, los que lanzan objetos al campo, los que usan el f¨²tbol como una excusa para odiar al otro diferente. Hinchas que entienden su pasi¨®n como una guerra santa. Talibanes del bal¨®n. Por suerte, son los menos y cada vez el mundo del f¨²tbol est¨¢ m¨¢s convencido de la necesidad de erradicarlos.
Otros, al contrario, consiguen que tomes cierto cari?o por su equipo, incluso cuando anta?o te resultaba ciertamente antip¨¢tico. Grandes embajadores de sus clubes, tras conocerlos ves sus colores con nuevos y mejores ojos. Carlos Mara?¨®n es el mejor ejemplo de esto. Ojal¨¢ ma?ana les eliminemos, por supuesto. Si sucede, los mara?ones recibir¨¢n un mensaje desde nuestra casa. No s¨¦ lo que escribiremos, pero entre l¨ªneas pondr¨¢: os queremos.