El d¨ªa que Calder¨®n fall¨® un tiro libre
Cuando vi a Iago Aspas con la pelota controlada frente a Ter Stegen, la imagen de mi televisor se congel¨®. Y ah¨ª no vi a un delantero del Celta contra un portero del Bar?a, vi a Jos¨¦ Manuel Calder¨®n plantado en el tiro libre dispuesto a lanzar. Visualic¨¦ el habitual ritual del extreme?o, lanzando al aire antes de recibir el bal¨®n del ¨¢rbitro y dando tres botes al tenerlo en sus manos. Despu¨¦s s¨®lo ten¨ªa que respirar profundo y escuchar el sonido de la red. Eso fue lo que pens¨¦ que pasar¨ªa en el en¨¦simo duelo entre Moa?a y Alemania. Y eso que el blaugrana es uno de los mejores porteros del mundo, pero la estad¨ªstica hac¨ªa la bola de nieve cada vez m¨¢s grande. Aspas era un ogro imparable.
El ritual de Aspas fue tan elegante como el de Calder¨®n. Pisadita con la zurda, cabeza arriba para ubicar posiciones y remate con el interior de la derecha para asegurar. Todo perfectamente ejecutado. Lo siguiente que se deb¨ªa escuchar era el sonido de la red. Pero esta vez se escuch¨® un golpe m¨¢s seco, era el de una bota rebel¨¢ndose ante la matem¨¢tica, dando una patada a todos esos v¨ªdeos en los que un alem¨¢n ve¨ªa desde el suelo como un gallego se?alaba el escudo de su equipo. Era Ter Stegen acabando con la maldici¨®n. Esta vez el ogro fue ¨¦l. Para desgracia de un Celta que se sublev¨® en el Camp Nou. Es la historia de un tiro libre fallado. Como le sucedi¨® a Calder¨®n en Toronto ante los Bucks. Parec¨ªa imposible.