El derbi madrile?o de Javier Mar¨ªas
Una de las principales fobias futbol¨ªsticas de Javier Mar¨ªas era el Atl¨¦tico de Madrid. M¨¢s bien, el Atl¨¦tico Aviaci¨®n ¡°verdadero nombre del actual club de Marbella¡±, como le gustaba recordar para dejar claro que el verdadero equipo del Madrid republicano era aquel que llevaba a la ciudad bombardeada en su apellido. En sus deliciosos art¨ªculos recopilados en ¡®Salvajes y sentimentales¡¯ la rivalidad local es un lugar habitual: ¡°El Atl¨¦tico de Madrid est¨¢ especializado en el jugador-macarra: Futre hab¨ªa de ser suyo y pod¨ªan haber contratado a Keegan; no es raro que el fallecido Juanito procediera de sus filas, y G¨¢rate, un noble, fue la excepci¨®n a la regla¡±. Dec¨ªa Mar¨ªas que en su infancia en los a?os 50 en el Colegio Estudio todos eran del Madrid salvo el profesor de Religi¨®n ¡°que castigaba invariablemente a la clase entera los lunes si el Atleti hab¨ªa perdido¡±.
La citada recopilaci¨®n est¨¢ basada en los art¨ªculos en El Pa¨ªs en los a?os 90. En mi opini¨®n, los mejores a?os del Mar¨ªas articulista y se le intuye parti¨¦ndose de risa en su Olivetti con los calificativos que propina al Atleti al que tilda de equipo ¡°irresponsable y travieso¡± al que divierte ¡°derrotar al Madrid en una final de Copa y perder con el colista¡±. Era la ¨¦poca de Jes¨²s Gil, personaje que representaba todo lo que Javier Mar¨ªas pod¨ªa despreciar en la vida, y al que culpaba de desnaturalizar los valores rojiblancos: ¡°Donde hab¨ªa irresponsabilidad hay ahora atenazamiento y p¨¢nico; donde hab¨ªa travesura hay ahora fanfarroner¨ªa valenciana (...) Ya no quedan ni ¨¢nimos para la marruller¨ªa, pese a los defensas Tom¨¢s y L¨®pez y a que eso s¨ª lo fomenta el se?or Gil Doble (...). Su visi¨®n del f¨²tbol y de Madrid, era la de su ciudad: ¡°Insolidaria y enemistada, en la que es dif¨ªcil atravesar la jornada sin participar en alg¨²n altercado; los taxistas son particularmente propicios, no s¨®lo por sus ideas pol¨ªticas habituales y sus malos modos generales, sino porque suelen llevar bien visible un bander¨ªn del equipo equivocado¡±.
Ya le echamos de menos.