El Depor, del so?ado ascenso al bochorno por Riazor
Marcaba el reloj las nueve de la noche del domingo 12 de mayo cuando Riazor estall¨® en un grito de alegr¨ªa sin fin. Despu¨¦s de cuatro a?os en el infierno y una d¨¦cada sin una alegr¨ªa de calado m¨¢s all¨¢ de alguna permanencia ag¨®nica en Primera, la afici¨®n pod¨ªa celebrar algo. Pod¨ªa disfrutar junto a Lucas P¨¦rez y compa?¨ªa de un retorno al f¨²tbol profesional tan necesario como merecido. Una explosi¨®n de j¨²bilo que llev¨® a 80.000 coru?eses a las calles de una ciudad entregada con una celebraci¨®n blanca, c¨ªvica, en la que se respet¨® todo, incluida la no invasi¨®n de campo. Atr¨¢s quedaba Castell¨®n, el Albacete, Mallorca, el Fuenlabrada¡ una sucesi¨®n de golpes que necesitaban el desahogo de una afici¨®n que con su respuesta daba a una competici¨®n tan destartalada como Primera Federaci¨®n una visibilidad de Champions.
La felicidad plena dur¨® apenas 12 horas al estallar el conflicto por el convenio de Riazor. El propietario del club, Abanca, anunciaba en una decisi¨®n sin precedentes no acudir al balc¨®n de Mar¨ªa Pita para celebrar el ascenso una vez m¨¢s con la ciudad. Es cierto que el Ayuntamiento anunci¨® el evento antes de que el club confirmase su asistencia, sin duda algo que debe ser criticado. Pero la respuesta con la decisi¨®n del propietario de no ir al Ayuntamiento y abrir la guerra del convenio a todo el deportivismo, a toda la ciudadan¨ªa, anunciando que estaba ¡°en riesgo la presencia en Segunda¡±, fue ir siete pasos m¨¢s all¨¢. Si hubo alguna guerra c¨¦lebre en A Coru?a entre un presidente y un alcalde fue la de Lendoiro y Paco V¨¢zquez. Hubo de todo, y muy duro. Bueno, de casi todo, porque jam¨¢s el Depor dej¨® de ir al balc¨®n de Mar¨ªa Pita a celebrar sus numerosos ¨¦xitos.
Las partes ahora se llaman Juan Carlos Escotet e In¨¦s Rey, propietario y alcaldesa. Cada uno tiene sus razones, y las pueden leer en AS con todos los detalles pormenorizados. Cada uno pensar¨¢ que la raz¨®n la tiene este o aquel. Que esto s¨ª, pero aquello no. Porque lo que plantean son dos convenios diferentes. Es lo que suele ocurrir cuando se negocia, cuando hay que llegar a acuerdos y no levantarse de la mesa hasta que haya dos firmas sobre el papel. Nos podemos perder en los detalles, pero el nudo gordiano no es otro que una posible futura venta del club. La l¨ªnea roja, explotaci¨®n comercial al margen, es el arraigo a la ciudad y que si el Depor cambia de manos el nuevo propietario deber¨¢ hablar y negociar con el Ayuntamiento antes. Normal, el estadio es municipal. Es de A Coru?a, lo mismo que el club es de un Escotet al que hay que reconocer y aplaudir por toda la inversi¨®n y apuesta que ha hecho por salvarlo de la desaparici¨®n.
La afici¨®n blanquiazul no merece este bochorno ni ser utilizada como arma arrojadiza en las desavenencias. No merece estar leyendo y escuchando unos reproches cruzados que deber¨ªan jugarse a puerta cerrada en un despacho. Deber¨ªa seguir celebrando el ascenso, leyendo la ¨¦pica de la segunda vuelta, el en¨¦simo truco de Lucas P¨¦rez, la ilusi¨®n futura con la apuesta por la cantera, el posible regreso de Mario Soriano, los nombres de los posibles fichajes¡ Todo este foll¨®n no aporta nada positivo. S¨®lo el que alguien se vaya a gusto a su casa por poder verbalizar ¡°mira qu¨¦ malo es el de enfrente¡±. Todo es negativo, empezando porque, con un convenio u otro, Riazor se est¨¢ jugando ser sede del Mundial y esto no suma puntos precisamente. Si¨¦ntense, acuerden y luego avisen. Y si es r¨¢pido, mejor. El balc¨®n de Mar¨ªa Pita sigue esperando a sus h¨¦roes.