El Bar?a ten¨ªa m¨¢s hambre
A Sarunas Jasikevicius le hemos escuchado en diferentes ocasiones elogiar el hambre del Real Madrid, esa tensi¨®n competitiva que le permite levantar partidos imposibles o doblegar a rivales aparentemente m¨¢s fuertes, una energ¨ªa que decanta duelos y canta t¨ªtulos. Esa misma tensi¨®n que le condujo a conquistar este a?o la Euroliga milagro tras milagro: ante el Partiz¨¢n, ante el Bar?a, ante el Olympiacos¡ Es ese punto de tensi¨®n, o de energ¨ªa, o de hambre que esta vez falt¨® en la final de la Liga ACB para noquear al Barcelona, o al menos para alargar y endurecer la serie. O quiz¨¢ s¨ª lo tuvo, pero no en la medida necesaria. Tambi¨¦n podemos verlo al rev¨¦s: el hambre fue azulgrana.
Objetivamente, su necesidad de alzar este trofeo era mucho mayor que la de su contrincante. El Madrid es el vigente campe¨®n de Europa, una corona que ya justifica una temporada. Pero los de Jasikevicius no celebraban un ¨¦xito desde la Copa del Rey de Granada, el 20 de febrero de 2022. Desde entonces hab¨ªan tropezado ante su eterno rival en dos semifinales de la Final Four, en una Liga y hasta en una Supercopa. Unas derrotas especialmente dolorosas si observamos el balance total entre ambos contendientes: el t¨¦cnico lituano ha ganado 18 de 28 Cl¨¢sicos, 6-3 en la presente campa?a.
Conclusi¨®n: el Bar?a le tiene tomada la medida al Madrid, pero los blancos son capaces de crecerse en las situaciones claves. Eso fue precisamente lo que cambi¨® en esta ¨²ltima final. El hambre, la energ¨ªa, la tensi¨®n y la necesidad tomaron el Puente A¨¦reo para te?irse de azulgrana. Todo unido, l¨®gicamente, a un mejor baloncesto, m¨¢s coral: en el primer partido, siete jugadores cul¨¦s anotaron m¨¢s de 10 puntos; mientras que en los dos restantes lo hicieron cinco. Siempre liderados por Nikola Mirotic, que brind¨® a la grada, y a s¨ª mismo, una brillante despedida.