El Bar?a de Flick va directo al div¨¢n

Sorpresa. Diego Mart¨ªnez sab¨ªa el camino. Cuando a¨²n era entrenador y h¨¦roe del Granada, al que hab¨ªa devuelto del limbo de la Segunda B, mand¨® al infierno las opciones de Liga del ¨²ltimo Bar?a de Messi que dirig¨ªa Koeman. Aquel 1-2 signific¨® la primera victoria en la historia del club nazar¨ª en el Camp Nou. El gallego, uno los ojitos derechos de Monchi, el primero que lo descubri¨® y lo llev¨® a trabajar al ¨¢rea de metodolog¨ªa del Sevilla, tambi¨¦n ser¨¢ recordado ya por unas cuantas generaciones en Las Palmas por ser el primer t¨¦cnico que le da una victoria en Barcelona 53 a?os despu¨¦s. Un entrenador de m¨¦todo, capaz de pinchar al Bar?a donde m¨¢s le duele. Encontr¨® petr¨®leo entre l¨ªneas (0-1) e hizo le?a del ¨¢rbol ca¨ªdo de la fan¨¢tica defensa en l¨ªnea de Flick (1-2). Algo holgaz¨¢n al inicio, como si el partido fuese a caer por su propio peso, al Bar?a le entraron luego las prisas, volvi¨® a enredarse entre cambios (hasta seis hizo, permitido por la conmoci¨®n de Balde), y se quej¨® de los regates con el tiempo de su rival. Pero eso ya no estaba en sus manos.

Mini-crisis. El Bar?a se va directo al div¨¢n. En un inesperado efecto bumer¨¢n despu¨¦s del Cl¨¢sico, todas las estad¨ªsticas se le han vuelto contra. A estas alturas, suma 34 puntos, id¨¦nticos en las mismas jornadas que el criticad¨ªsimo Bar?a de Xavi el a?o pasado. Adem¨¢s, lleva tres jornadas sin ganar, algo que no suced¨ªa en la misma Liga en las ¨²ltimas cuatro temporadas. Y, finalmente, ha perdido toda la renta que hab¨ªa amasado hasta la jornada once. El liderato ya no est¨¢ en sus manos. La Liga, competici¨®n que exige ser el mejor las cuatro estaciones del a?o, vuelve al kil¨®metro cero. El Bar?a termin¨® bien el verano y empez¨® volando el oto?o, pero llegar¨¢ al invierno entre dudas. Seguramente, la foto actual se ajuste m¨¢s a su realidad. En el fondo, el Bar?a no dejaba de ser un equipo que amaneci¨® con muchas dudas deportivas esta temporada. La Masia es un tesoro, pero es inviable romper la Liga con una plantilla que acaba un partido de Liga con H¨¦ctor Fort, Gerard Mart¨ªn o Pau V¨ªctor. Kound¨¦ ha regresado a su versi¨®n m¨¢s err¨¢tica, Olmo y Lamine van y vienen, y no est¨¢n al cien por cien (los efectos colaterales de la Eurocopa); y Lewandowski, a sus 36 a?os, no puede ser el salvador cada tres d¨ªas. S¨®lo aguantan Pedri y Raphinha. El Bar?a sabe a lo que juega, pero su f¨²tbol, resumido en los riesgos de su defensa y lo vertical de su ataque, ha perdido sincron¨ªa. Un compa?ero no conf¨ªa tanto en el otro. M¨¢s que un traje de entrenador, a Flick le toca la bata blanca y sentar en el div¨¢n a sus chicos.

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