El antimadridismo es universal
Es un concepto que descubr¨ª en el a?o 1992 cuando me instal¨¦ en la capital de Espa?a. Se llama ¡®antimadridismo¡¯ y me cost¨® entenderlo al principio. Porque pensaba que un pa¨ªs deb¨ªa, naturalmente, sentirse orgulloso al constatar que un club suyo es la referencia mundial del f¨²tbol. Pero poco a poco me di cuenta de que los ¨¦xitos del Real Madrid, por grandiosos y repetidos, provocaban tanto dolor, tantos celos en ciertas personas que eran insoportables y que la ¨²nica reacci¨®n posible era el odio y la puesta en duda permanente de la legitimidad de dichos triunfos. Siempre hab¨ªa una buena raz¨®n para no reconocer simplemente que el Real Madrid lo hac¨ªa mucho mejor que los dem¨¢s. En todo.
Sin embargo, mi vuelta a mi querido pa¨ªs y una nueva perspectiva me hacen pensar ahora que el antimadridismo no es solamente un fen¨®meno nacional sino universal. Las reacciones al gol del Leipzig en la ida, l¨®gicamente anulado por el ¨¢rbitro, son la prueba de que, m¨¢s all¨¢ de las fronteras de Espa?a (lo not¨¦ en Francia por ejemplo), ver ganar al Madrid suscita una c¨®lera que no hemos escuchado, por ejemplo, cuando se supo que un club hab¨ªa pagado m¨¢s de siete millones al vicepresidente de los ¨¢rbitros. El antimadridismo habla mucho de quien lo siente. El antimadridismo es la prueba del algod¨®n de la mediocridad. Y el antimadridismo es universal porque la mediocridad es universal.