Dos bellos goles y una fea patada
Un Valencia an¨¦mico visit¨® el Bernab¨¦u. Malos tiempos para este gran club, comprado por un hombre de negocios de lejano Oriente al que esta inversi¨®n empieza a estorbarle y se le nota. Claro, que no toda la culpa hay que ech¨¢rsela al for¨¢neo, porque este estropicio empez¨® con un local, Juan Soler, al que su padre le regal¨® el Valencia en lugar de regalarle una bicicleta, como hacen todos. Desde aquello la cosa ha ido de mal en peor y ahora est¨¢ de nuevo Voro con su manguera, a ver si soluciona esto. Si no me he descontado son ya ocho veces, cuatro de ellas como puente fugaz, otras cuatro hasta terminar temporada, generalmente bien.
Anoche sac¨® un Valencia cauteloso, construido sobre los hombres de m¨¢s a?os y cuajo, y con ellos consigui¨® enfriar el partido durante la primera mitad. Fueron 45 minutos aburridos, al ritmo gasoil de Kroos y Modric, con Ceballos recayendo en el vicio de conducir demasiado, Vinicius sin acierto y Benzema espaciando mucho sus destellos. F¨²tbol espeso y pelmazo que al Valencia, tal como est¨¢n las cosas, ya le ven¨ªa bien, pero en el Madrid se echaba en falta nervio y rebeld¨ªa, visto que el Bar?a estaba a 8 puntos. O a 7, si contamos desde el 0-0 inicial. Era como si algo les dijera a jugadores y p¨²blico que el gol ya caer¨ªa por su propio peso.
Y cay¨®, al regreso del vestuario, con un zambombazo imponente de Asensio, que tiene una zurda como no hay en el mundo m¨¢s de media docena. Eso oblig¨® al Valencia a abrirse y enseguida le cay¨® el segundo, este obra de Vinicius, que en el descanso cambi¨® sus botas negras del primer tiempo por otras amarillas y fue mano de santo. Fue, como el de Asensio, un golazo, al que sum¨® varias penetraciones de las suyas ante una de las cuales Gabriel Paulista sac¨® lo peor de s¨ª, descerraj¨¢ndole una patada alevosa. Se fue a la calle por bruto e impresentable y ahora afrontar¨¢ una suspensi¨®n. Un problema m¨¢s para el bueno de Voro, que tiene tarea por delante.