¡®Dinamita¡¯ Endrick
La locura de la Copa. Esta competici¨®n tiene algo especial. Para empezar, que un partido en pleno mes de enero empiece el d¨ªa 16 y acabe en el 17, con el rigor invernal, es surrealista. Como lo es que a falta de un cuarto de hora todos di¨¦ramos en El Carrusel por finiquitada la trama con 2-0. Los cambios de Ancelotti parec¨ªan poner el precinto a la eliminatoria ante los entusiastas celestes de Gir¨¢ldez, un entrenador valiente y extraordinario. Pero esto es la Copa. Una maravillosa locura. Un regalo de Camavinga avis¨® de que ven¨ªan curvas y un penalti postrero de Asencio permiti¨® a otro canterano blanco, Marcos Alonso, poner de los nervios a los apostantes que cre¨ªan que esto era pan comido para los vigentes campeones de Europa. Los habituales ¡®enterradores¡¯ que huelen la sangre ya barruntaban la ca¨ªda del Imperio Vikingo y noche de cuchillos largos con Ancelotti. Incluso, los madridistas comodones se permitieron el lujo de irse a su casa sin esperar al desenlace del drama. Peor para todos ellos. En esas situaciones extremas es cuando aparece el esp¨ªritu garibaldiano del Madrid. Con un ni?o de 18 a?os como Endrick liderando la revoluci¨®n y con G¨¹ler (19) y Bellingham (21) tirando de orgullo para evitar otra pesadilla a la afici¨®n que desde el domingo est¨¢ tocada por la estocada de Yeda. Pero este chaval nacido en Taguatinga en 2006 sab¨ªa que era su gran noche, que trovar¨ªa Raphael. El menino es de oro. Endrick Felipe Moreira de Sousa se invent¨® en el extra time dos golazos para enmarcar. El primero, el m¨¢s valioso. El que romp¨ªa la igualada. Un zurdazo descomunal. De crack. Y se dej¨® para los postres (para eso es un ni?o) un gol para el deleite del personal. Un taconazo de espaldas a la porter¨ªa del Celta que solo se le puede ocurrir a un jug¨®n de barrio. Endrick dibuj¨® el cambio clim¨¢tico cuando profetiz¨¢bamos tormenta. Este cr¨ªo ha pagado con arte esta ronda copera...
Los pitos a Tchouameni. Puede entenderse que al cantar por megafon¨ªa las alineaciones hubiera un reproche sonoro del personal a la mala actuaci¨®n del franc¨¦s en el Cl¨¢sico supercopero. Pero a partir de ah¨ª no entend¨ª que cada vez que tocaba la pelota le silbase un sector importante del Bernab¨¦u. Soy el primero que estoy criticando las malas prestaciones de Tchoaumeni casi desde que lleg¨®, pero creo que no ayuda silbarle al chaval para aumenta su inseguridad. Por suerte, Aur¨¦lien demostr¨® tener mucha fuerza mental y fue de menos a m¨¢s, hasta lograr mutar los pitos en aplausos. Ojal¨¢ pueda revertir su situaci¨®n desde ahora. Eso s¨ª, mejor jugando en la medular.
Kylian, otra perla. Mientras que el Celta ped¨ªa un penalti de Lunin que para m¨ª estuvo bien peritado por Munuera Montero, en el campo, y Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez, en el VAR, la contra dio pie a un golazo descomunal de Mbapp¨¦ entrando por su perfil favorito (el zurdo). Solo me molest¨® la frialdad en la celebraci¨®n de sus compa?eros. Los goles se festejan a lo grande y m¨¢s tras un palo como el del Bar?a. Aqu¨ª no hay sitio para las rabietas esc¨¦nicas...
Valverdazo. Por m¨¢s que nos quiera acostumbrar, no dejamos de asombrarnos por la capacidad del uruguayo para meter goles estratosf¨¦ricos. Un ob¨²s supers¨®nico acab¨® con las dudas en la pr¨®rroga. Un misil que coloc¨® el 4-2 en el score y una candidatura evidente para el ¡®Gol Puskas¡¯ de 2025. El charr¨²a est¨¢ en plan capit¨¢n. Galones y jerarqu¨ªa. El Halc¨®n vuelta alto.
Morbo en el sorteo. Apetece mucho ver qu¨¦ pasa en el sorteo del lunes. ?Un nuevo Cl¨¢sico en busca de una revancha m¨¢s que apetecible? ?Un derbi para poner al Atleti en su sitio tras su racha triunfal? ?Un reencuentro con el Valencia de Dimitrievski? Sea lo que sea, la cosa promete. La Copa mola.