Del garrote de Kroos al viol¨ªn de G¨¹ler
Kroos ha dedicado a sus compa?eros de la Selecci¨®n una cumplida carta, un ¡®adi¨®s, muchachos, compa?eros de mi vida¡¡¯ que merece la voz de Gardel. Tuvo una gran despedida del madridismo en el Bernab¨¦u, y ahora dice definitivamente adi¨®s despu¨¦s de ese ¨²ltimo partido que no acab¨® como ¨¦l hubiera deseado. El final feliz del cuento requer¨ªa una Alemania campeona y ¨¦l levantando el trofeo, como ¨²ltima imagen vestido de corto. Eurocopa y Champions en un mismo a?o y, caso de haberse dado eso, un muy presumible Bal¨®n de Oro, que hubiera premiado tanto su curso 23-24 como su trayectoria.
L¨¢stima que ese ¨²ltimo d¨ªa no fue ¨¦l. Quiz¨¢ sufri¨® una especie de fobia de anticipaci¨®n al presentir que Espa?a le iba a estropear el cuento, se puso pinturas de guerra y sali¨® a pegar. La pasividad c¨®mplice de Taylor, que no le mostr¨® amarilla por el brutal cruce que lisi¨® a Pedri, le anim¨® a perseverar y al momento salud¨® a Lamine con un pisot¨®n alevoso. Capit¨¢n de Alemania, marcaba el camino a los suyos: hay que intimidar, que estamos en casa y el ¨¢rbitro lo permite. No fue Kroos, fue un abrupto pateador de rivales que triplic¨® en el partido el n¨²mero de faltas que hab¨ªa hecho sumando entre los cuatro anteriores.
Una pena irse as¨ª, traicionando su f¨²tbol de etiqueta. A cambio hemos presenciado el brillo rotundo de G¨¹ler, que en el Madrid hab¨ªa emitido destellos hermosos pero casi siempre en ratos terminales de partidos resueltos. Aqu¨ª, en una prueba mayor, ha bordado el f¨²tbol, ha puesto el bal¨®n en la escuadra y tambi¨¦n en la frente de cualquier compa?ero, esto ¨²ltimo tanto con la derecha como con la izquierda, y en el tramo final del partido con los Pa¨ªses Bajos se retras¨® para, con mando en plaza, trazar y dirigir la estrategia de acoso que no produjo gol de puro milagro. Todo un crack y todo un t¨ªo.