De Seve a Carlota
Septiembre de 2023 es mes de la Ryder Cup, el tradicional desaf¨ªo del golf entre Estados Unidos y Europa, y de la Solheim Cup, su versi¨®n femenina hecha a la imagen de la masculina desde 1990. Despu¨¦s de que la pandemia obligara a aplazar la Ryder a 2021, ambas competiciones coinciden en los a?os impares, por segunda vez consecutiva. Los dos torneos han tenido una importante participaci¨®n espa?ola en su historia, y no s¨®lo en el ¨¢mbito meramente deportivo, sino tambi¨¦n en su crecimiento como evento. La Ryder, que enfrentaba a EE UU con las Islas Brit¨¢nicas, se abri¨® a Europa en 1979 por el impulso de Severiano Ballesteros, que luego tambi¨¦n fue decisivo en el desembarco del duelo en Espa?a en 1997, la primera vez que el reto pisaba el continente. Ahora lo vemos como una cosa normal. La Ryder de 2023 se celebrar¨¢ en Roma y la de 2018 lo hizo en Par¨ªs, pero esta rutina actual no hubiera sido posible sin aquel arranque en Valderrama.
La Solheim Cup, mucho m¨¢s joven que su hom¨®loga masculina, est¨¢ m¨¢s acostumbrada a esa normalidad, pero no hab¨ªa aterrizado en Espa?a hasta este a?o. La malague?a Finca Cortes¨ªn coloca un ladrillo m¨¢s en la andadura de la Solheim y del golf nacional, para convertirse en la Valderrama de entonces. Esta vez no hay un Seve Ballesteros, ni un Chema Olaz¨¢bal, pero en el equipo europeo estar¨¢ Carlota Ciganda, una jugadora fija en esta competici¨®n desde 2013, que va a cumplir su sexta presencia. S¨®lo Anna Nordqvist, entre las participantes, tiene una m¨¢s. Se echar¨¢ de menos a Azahara Mu?oz, el referente local, que no ha llegado a tiempo tras su maternidad. Aunque la magia de la Solheim, nacionalidades al margen, es que el equipo continental solo juega con la bandera de Europa. Finca Cortes¨ªn se volcar¨¢ con ellas. Igual que har¨¢ Roma la pr¨®xima semana con Jon Rahm y compa?¨ªa.