De los 38 de Modric a los 19 de G¨¹ler
Modric y G¨¹ler fueron los nombres de un partido en el que el Madrid arranc¨® otra hoja del calendario en su inexorable camino hacia un nuevo t¨ªtulo de Liga, que har¨¢ el n¨²mero 36. Tras salpicar tres empates que no causaron mayor da?o, esta vez resolvi¨® con una goleada que fue m¨¢s all¨¢ de sus m¨¦ritos. El Celta est¨¢ mal. Se encajon¨® en la primera parte, de la que escap¨® con un solo gol en contra y en la segunda quiso moverse con alguna audacia, pero s¨®lo le sirvi¨® para ofrecerle al Madrid frecuentes contraataques peligrosos. Y como no est¨¢ de suerte, se marc¨® dos veces en propia meta. Ahora mira hacia atr¨¢s y ve a un C¨¢diz amenazante.
Modric jug¨® de salida y estuvo bien, como siempre. Esta vez, adem¨¢s, le toc¨® botar los c¨®rners en ausencia de Kroos y lo hizo con una precisi¨®n que llen¨® de felicidad a R¨¹diger, que caz¨® dos: el primero se lo par¨® Guaita, que tambi¨¦n rechaz¨® el primer remate de Vinicius, a bocajarro, pero no ya el segundo; tras el descanso cazar¨ªa otro y su cabezazo mand¨® el bal¨®n al larguero para luego, tras rebotar en el suelo, topar en su vuelo ascendente con la regi¨®n gl¨²tea de Guaita y colarse. R¨¹diger lo celebr¨® como propio, porque en realidad lo era, corriendo a abrazar a Modric con esas zancadas tan suyas que revelan una peculiar vis c¨®mica.
Pero lo m¨¢s celebrado fue el cuarto gol, obra de G¨¹ler, ya al final. Requerido para lo que fea pero descriptivamente llamamos minutos de la basura, caz¨® un lindo pase de Ceballos, sorte¨® a Guaita y marc¨® sin ¨¢ngulo con la derecha, su pierna de recurso. La alegr¨ªa con que todos acogieron el gol de este muchacho explic¨® mejor que nada el ambiente de camarader¨ªa que reina en la plantilla. Acaba de hacer 19 a?os, la mitad de los que tiene Modric, y su f¨ªsico a¨²n limitado hace que le cuesten los entrenamientos de ¨¦lite que se le exigen. Sin duda est¨¢ sufriendo y sus compa?eros lo notan, de ah¨ª el j¨²bilo por un gol que le har¨¢ crecer en confianza.