Contra el dramatismo, un Madrid excepcional
De agosto a d¨ªa de hoy, el Real Madrid ha disputado 27 partidos. En septiembre perdi¨® uno, contra el Atl¨¦tico de Madrid. Se alimentaron dudas sobre la consistencia del equipo, que hab¨ªa perdido a Courtois y Militao para toda la temporada. Comenz¨® un debate sobre la transici¨®n generacional de los centrocampistas. Todo indicaba que se asistir¨ªa al cambio de testigo entre los veteranos (Modric, Kroos) y la joven guardia (Valverde, Tchouameni, Camavinga y el reci¨¦n ingresado Bellingham). La incertidumbre se extendi¨® a la delantera, privada de Benzema, que eligi¨® el f¨²tbol saudita como ¨²ltimo destino profesional. No lleg¨® estrella alguna. Joselu regres¨® despu¨¦s de muchos a?os, a pr¨¦stamo del Espanyol, descendido a la Segunda Divisi¨®n. Desde el Milan, volvi¨® Brahim sin ning¨²n ruido medi¨¢tico. Han transcurrido casi cuatro meses desde aquella derrota en el Metropolitano y el recorrido del Real Madrid ha sido impecable, excepcional en las circunstancias en las que se ha producido.
L¨ªder en la Liga, s¨®lo apretado hasta ahora por el sorprendente, Girona, el Madrid convirti¨® en victorias los seis partidos de la primera fase de la Liga de Campeones, derrot¨® a la Arandina en la Copa y ha goleado al Atl¨¦tico de Madrid en el memorable partido que les enfrent¨® en la semifinal de la Supercopa. Ya est¨¢ en la final, sin m¨¢s dudas que las naturales en el f¨²tbol, donde nadie te asegura nada, pero con solidez, compromiso y recursos que impresionan por los resultados que ha obtenido el equipo y las circunstancias en que se han producido: rotura de ligamentos cruzados de Alaba, lesiones musculares de Vinicius que le han apartado un largo tiempo del equipo, a las que hay a?adir las bajas de Camavinga, Tchouameni y Mendy en periodos de gran actividad en todas las competiciones.
El Madrid no ha esgrimido ninguna excusa para acomodarse esta temporada. Al contrario, el discurso de Ancelotti ha privilegiado la confianza en una plantilla que desde fuera parec¨ªa, y parece, corta. Jugadores sobre los que se levantaban sospechas, futbolistas que ocupaban el extremo del banquillo, veteranos que contaban con escasas posibilidades de acci¨®n, han saltado como fieras al equipo. Dif¨ªcil encontrar uno solo que no haya rendido a un nivel extraordinario. Hace dos semanas, en el ¨²ltimo minuto contra el Alav¨¦s, Lucas V¨¢zquez cabece¨® el gol de la victoria; Joselu ha marcado nueve goles (cinco en Liga, tres en la Liga de Campeones y uno, crucial por cierto, en la semifinal de la Supercopa); Brahim, del que apenas hubo noticias en los dos primeros meses de la temporada, se ha revelado como un jugador m¨¢s que importante por su fren¨¦tica actividad y sus habilidades regateadoras.
Impresiona el grado de compromiso general del equipo, que no se ha tomado a la ligera ning¨²n partido. En Aranda jug¨® como si le fuera la vida. Contra el Atl¨¦tico remont¨® dos veces un partido de altos vuelos, uno que dignifica a los dos equipos y al f¨²tbol espa?ol, que esta temporada ha brindado tardes y noches maravillosas, a pesar del terco soniquete de los que, sin raz¨®n, se empe?an en desacreditarlo y cantan los prodigios de cualquier Burnley-Sheffield United, o similares.
Del partido de Riad quedar¨¢ el recuerdo de un gran partido, favorecido por un ¨¢rbitro consentidor que tuvo el detalle de no empeque?ecer el encuentro. S¨ª, los dos equipos pueden anotar algunos d¨¦ficits. En el Madrid, Arrizabalaga, inseguro y nervioso, pierde metros en la carrera con Lunin y Tchouameni pas¨® sin dejar rastro visible, pero la respuesta general frente a la brillante versi¨®n del Atl¨¦tico en el primer tiempo fue magn¨ªfica, multiplicada por la aportaci¨®n de los suplentes que ingresaron despu¨¦s. Kroos, Camavinga, Brahim y Joselu a?adieron al equipo todo lo que no pudieron sumar Witsel, Correa, Riquelme y compa?¨ªa. A esa distancia entre lo que ahora se llaman segundas unidades se agregaron dos factores decisivos: la incapacidad del Atl¨¦tico para gestionar su ¨¢rea, algo impensable hasta hace poco con Simeone, y la apote¨®sica actuaci¨®n que se marc¨® Carvajal. En ese memorable partido, Carvajal fue un gigante.
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