Como Pedri por su casa
La remontada de Lisboa ‘in extremis’ y sobreponerse a un mal inicio en 15 minutos frente a todo un ensamblaje defensivo como es el del Atlético, indica que el Bar?a de Flick está muy vivo. Ahora toca el Benfica que en enero dejó un trepidante 4-5 con hat-trick del griego Pavlidis y doblete de Lewandowski y Raphinha. Nueve goles, tres penalties, varios errores clamorosos en ambos conjuntos y un Eric Garcia que se disfrazó de Sergi Roberto el día del PSG.
A diferencia del partido de Montjuic, en el Estádio Da Luz, los cambios tácticos de Flick fueron una de las claves del éxito, entraron Frenkie de Jong y Fermín López, en lugar de Marc Casadó y de Gavi. Es un error dejar al Bar?a de Pedri sin Pedri.
Con el canario en el campo, todo fluye. ?l detecta lo que falta y se lo da al equipo. Raphinha y Lamine crean la amplitud, Lewa fija centrales y Olmo se mete entre líneas, así Pedri ocupa el cuadrado izquierdo que se genera entre defensas y centro campistas. De esta manera, se crea un triángulo con Raphinha y Balde que genera superioridad. Como todo el Bar?a palpita al ritmo del 8, si él se mete hacia el centro formando un doble pivote con Casadó o De Jong, el juego gira hacia a la derecha para que Lamine reciba el balón. O sea, primero provoca el caos por la izquierda, desorganiza al rival para luego hacer mucho da?o por la derecha con el jugador más desequilibrante que tiene el Bar?a. La mayoría de los pases tanto el día del Benfica, como el día del Atlético o la pasada jornada contra la Real Sociedad iban dirigidos al sector diestro del Barcelona buscando a Lamine.
Después de los últimos partidos de los blaugranas (y ya son 15 sin perder), Bruno Lage tendrá que pensar muy bien como plantear el encuentro. Si sale con un bloque bajo, ya vio el recital de Flick frente el Atlético: fija la última línea, rupturas, aprovecha el espacio exterior, mucho ritmo y pocos toques. Y Pedri estuvo “como Pedri por su casa”. Incluso no le importó forzar córners para apretar la pérdida y someter a los de Simeone a un bucle de acoso y derribo.
Si el Benfica plantea una línea defensiva alta, con sus dos pivotes Kokcu y Barreiro encima de Pedri y De Jong y sus dos delanteros cerrando línea de pase como en el anterior partido, le puede suceder lo mismo. En la segunda parte, Flick pasó a un 343, con cuadrado en el centro del campo y atacando hasta con cinco jugadores. Poco a poco los interiores retrasaron su posición y el Benfica se fue hundiendo. El Bar?a generó dudas y se colocó en los espacios indefendibles, con un Pedri tan protagonista que sus 20 mejores pases se dieron en la segunda parte cuando Hansi Flick arregló el error de cálculo de la primera mitad.
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