Carolina camina sobre plata
Dicen los deportistas que la plata es una medalla que no se saborea con gusto hasta unas fechas despu¨¦s. L¨®gico. En realidad, es una medalla que acredita a un perdedor, al primer perdedor. Incluso el bronce deja un paladar inmediato m¨¢s placentero. El regusto de Carolina Mar¨ªn fue precisamente ese, la sensaci¨®n de amargura, tras perder este domingo la final de las BWF World Tour Finals, el equivalente a las WTA Finals del tenis, pero en b¨¢dminton. Una campeon¨ªsima de la categor¨ªa de Carolina, con tres t¨ªtulos mundiales y un oro ol¨ªmpico en su palmar¨¦s, entre otras gestas, no puede saltar a la cancha con otro pensamiento que el de ganar, y solo puede salir de ella triste y cariacontecida si no consigue el objetivo. Va en su ADN. Pero una vez superado ese primer duelo, hay que situar el subcampeonato en un elevado contexto. O mejor habr¨ªa que decir subcampeonatos, dos platas que no saben a oro, porque no son oros, pero saben muy ricas si miramos al retrovisor del pasado reciente.
Las platas en el pasado Mundial, en agosto, y en este reciente Torneo de Maestras colocan de nuevo a Mar¨ªn entre las m¨¢s grandes, y con la proyecci¨®n de un podio, ya veremos de qu¨¦ color, en los pr¨®ximos Juegos de Par¨ªs 2024. No hay que olvidar que Carolina viene de dos graves lesiones de rodilla que le impidieron, entre otras cosas, competir en Tokio 2020. A sus 30 a?os ha tenido que reinventarse, incluso con cambios de movimientos y de estrategias, para adaptarse a sus nuevas condiciones. En esta ¨²ltima semana m¨¢gica ha rendido a un alto nivel ante las mejores, ha batido dos veces a la vigente campeona ol¨ªmpica, Chen Yu Fei, y comenz¨® la final un set por delante frente a su verduga Tai Tzu Ying. Como dice ella misma, la nueva Carolina est¨¢ ¡°en el camino¡±. De momento es un camino de plata¡ que quiere convertir en oro.